Sigue la persecución: la UEFA investiga la confiscación de la bandera LGBTIQ+ en la Eurocopa

La increíble situación ocurrió en el duelo entre Dinamarca y República Checa por los cuartos de final. Los fanáticos volvieron a alzar la voz y mostraron su molestia.

04 de julio, 2021 | 15.55

Otra vez, los derechos relacionados a las libertades fueron afectados. Y otra vez, la UEFA es la principal protagonista en la Eurocopa que se está disputando actualmente en diferentes ciudades del Viejo Continente. La polémica ya lleva varias semanas y el máximo organismo está, sin lugar a dudas, en el ojo de la tormenta. Si bien la mirada estaba puesta en el duelo de cuartos de final que disputaron Dinamarca y República Checa -donde el primero triunfó por 2-1 y se clasificó a la siguiente fase-, la noticia terminó siendo el nuevo atentado contra la comunidad LGBTQ+.

La situación se dio en el estadio Olímpico de Bakú, de casi 70 mil espectadores, ubicado en Azerbaiyán. Varios fanáticos daneses se encontraban celebrando y disfrutando un buen momento frente a la clasificación a semifinales, con la bandera del arcoíris que tan presente se vio en los últimos días durante los diferentes encuentros. En ese momento, dos miembros del staff se acercaron a dialogar con ellos y por lo ocurrido segundos después, no solo les pidieron que saquen el símbolo de la comunidad sino que también la confiscaron.

Los fotógrafos de la AFP no dudaron en capturar el momento y los hinchas no tardaron en reprobar el accionar de los guardias. Posteriormente, las imágenes se hicieron virales y aparecieron en las redes sociales, provocando el enojo general en la gente y señalando, nuevamente, a la ya tan -lógicamente- criticada, UEFA. ¿Qué dijeron desde el organismo? A través de un comunicado lanzado por distintos medios europeos, manifestaron: "La UEFA nunca ordenó a los empleados del estadio en Bakú, ni en ningún otro estadio, que confiscaran 'rainbow flags' -banderas con los colores del arcoíris-".

Las imágenes de lo ocurrido:

 

Más allá de despegarse del nuevo problema que atenta contra la libertad y los derechos, sostuvieron: "Actualmente estamos investigando lo que sucedió y, por supuesto, nos pondremos en contacto con el delegado de la UEFA, el oficial de seguridad de la UEFA y las autoridades locales buscando aclarar esto". Mientras que, otra vez, a pesar de no demostrarlo en su accionar, reafirmaron: "La bandera LGBTQ+ es un símbolo que encarga los valores fundamentales de la UEFA, promoviendo en lo que creemos: una sociedad más justa e igualitaria, tolerante con todos". Además, advirtieron que la bandera ya fue devuelta a su dueño.

Es importante destacar que, en este contexto, Azerbaiyán despenalizó las relaciones entre personas del mismo sexo recién en el año 2000. De todas maneras, Human Rights Watch informó que en 2017 -y seguramente en años anteriores y posteriores-, cientos de personas que integran la comunidad LGBTQ+ han sido víctimas de violencia policial, arrestos y torturas. Noticias que, a su vez, son moneda corriente en otros países entre los que, lamentablemente, aparece Argentina.

Siguen las polémicas por la inclusión de los colores de la bandera LGBTQ+

Más allá de lo expresado por la UEFA en esta ocasión, el órgano regulador se encuentra más bajo la lupa que nunca y recibe golpes desde todos los lugares posibles por invisibilizar a una comunidad completa. El primer inconveniente se dio con la Selección de Alemania y su capitán, Manuel Neuer. Como es común, su cinta lleva los colores de la bandera LGBTQ+ y esto fue observado por el organismo que determinó abrir una investigación por considerarlo "un mensaje político". El repudio estalló en las redes y decidieron volver hacia atrás en su polémica decisión.

Ante esta insólita situación, por medio de las redes oficiales del seleccionado alemán, informaron: "La UEFA ha compartido hoy con la DFB que han detenido la revisión del brazalete de capitán, con la bandera del arcoíris, que lleva Manuel Neuer". Y sumaron: "En una carta, el brazalete ha sido evaluado como un símbolo de equipo para la diversidad y, por lo tanto, para una 'buena causa'". Lo cierto es que este último punto se determinó tras las fuertes críticas de la gente y no antes, cuando tomaron semejante decisión.

 

Frente a esto, la Federación Alemana de Fútbol propuso dejar atrás esa tensión generada por la propia UEFA y dejar también a la vista el compromiso que quieren generar a través del fútbol en materia de derechos humanos. La idea fue simple: iluminar el estadio Olímpico de Múnich con los colores del arcoíris en el partido de fase de grupos entre Alemania y Hungría -país que aprobó una ley que busca prohibir hablar de homosexualidad en escuelas y censurar y perseguir a activistas de la comunidad-.

La respuesta no fue la esperada: la UEFA se negó, lo que provocó que los fanáticos asistieran con cientos de símbolos a la cancha y que algunos patrocinadores principales, como Volkswagen, muestren sus publicidades con los colores para generar conciencia. Por su parte, los jugadores alemanes no se quedaron atrás: Neuer salió a la cancha con la cinta y León Goretzka, figura del Bayern Múnich, festejó el gol de la clasificación frente a los húngaros -que flameaban banderas realzando la homofobia- haciendo un corazón con sus manos. Otros estadios, sí se iluminaron con dichos colores. La violencia, otra vez, se combate con amor.

Postales del encuentro:

 

El segundo caso, también en la Eurocopa 2020, ocurrió cuando en la fanzone de Budapest (Hungría) se prohibió la utilización de dicho símbolo realzado por los fanáticos de Países Bajos. En esa ocasión, el argumento del órgano regular fue que esas áreas estaban "bajo responsabilidad de las autoridades locales" y que ellos no tenían nada que ver con lo ocurrido en las inmediaciones del estadio. Ante esto, buscando tranquilizar la situación, la UEFA decidió utilizar los colores LGBTQ+ en su logo en todas sus redes sociales.

A través de un comunicado, dijeron sentirse "orgullosos" de llevar los colores del arcoíris y remarcaron, otra vez, que "no es un símbolo político" pero que sí forma parte de un "compromiso para una sociedad más diversa e inclusiva". La medida duró tan solo unos pocos días y actualmente, volvió a sus colores originales. Mientras tanto, tras teñir su propio logo, en los últimos días, solicitó a los patrocinadores previamente mencionados que no utilicen dicho símbolo en estadios como el de San Petersburgo (Rusia) y Bakú (Azerbaiyán) argumentando que "deben poder ajustarse a legislaciones locales".

Inglaterra apoyó a Alemania en la movida:

 

Sin lugar a dudas, la UEFA se dice y desdice en tan solo días y hasta, a veces, horas de diferencia. Mientras tanto, a nivel social, la tensión crece cada vez más y mientras se intenta avanzar sobre los derechos de la comunidad LGBTQ+, los fanáticos, los jugadores y las diferentes federaciones dan fuertes respuestas con discursos igualitarios y comprometidos con la causa. 

Promover la diversidad y apuntar directamente contra la homofobia y el racismo son los objetivos predilectos. Mientras que, por otro lado, buscan dejar en claro que el fútbol -a diferencia de lo que se cree- sí es un ambiente de luchas, que acepta debates políticos y que quiere, poco a poco, derribar barreras en materia de derechos. Cuando se trata de acciones reales, que buscan generar un cambio verdadero, se celebra. Cuando no, será una obligación de la sociedad alzar la voz y decir 'basta'.

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