El mal momento de Mauro Icardi y Lucas Biglia por el terremoto en Turquía

El calvario que afrontan los futbolistas que pasaron por la Selección Argentina tras el terremoto en Turquía. Los sentidos mensajes del delantero y el mediocampista en las redes sociales.

06 de febrero, 2023 | 12.36

El terremoto en Turquía y Siria generó los mensajes de Mauro Icardi y de Lucas Biglia en las redes sociales. Los dos futbolistas que juegan en ese país y que pasaron por la Selección Argentina publicaron en sus respectivas cuentas oficiales de Instagram al respecto de esta tragedia, que ya dejó más de 1.300 muertos.

El delantero de 29 años de Galatasaray, uno de los clubes grandes de la liga turca de la Primera División, y el mediocampista de 37 años de Estambul Başakşehir recurrieron a los posteos en redes para solidarizarse con los fallecidos y sus familias. Por ahora, el país está paralizado por esta situación y todavía en búsqueda de más víctimas fatales entre los escombros.

Terremoto en Turquía: los mensajes de Icardi y Biglia

En su perfil de Instagram (@mauroicardi), el atacante que pasa por un gran momento en el club que lo contrató en septiembre de 2022, publicó una imagen de oración con la cinta de luto y la frase “que mejore pronto”. La publicación se llevó varios miles de Me Gusta, comentarios y compartidos a las pocas horas. Se trata del segundo peor terremoto en el mencionado territorio en el último siglo.

Por su parte, el volante subcampeón del mundo con la Selección Argentina en Brasil 2014 compartió en una historia la imagen del comunicado de su club y cuatro emojis rezando. “Deseamos la misericordia de Dios a nuestros ciudadanos que perdieron la vida en el terremoto que ocurrió en Kahramanmaraş y se sintió en muchas ciudades, y deseamos una pronta recuperación a nuestros ciudadanos heridos”, difundió de hecho Estambul Başakşehir.

El mensaje de Biglia en Instagram por el terremoto en Turquía.

Qué pasó con el terremoto en Turquía y Siria

Más de 1.300 personas murieron y otras miles resultaron heridas como consecuencia de un terremoto de magnitud 7,8 que sacudió en la madrugada del lunes 5 de febrero de 2023 el sureste de Turquía y el norte de Siria. De hecho, causó el colapso de varios edificios, según los primeros informes oficiales.

De acuerdo a un nuevo balance provisional del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, provocó el derrumbe de unos 2.818 edificios, por lo que no se descarta que el número de víctimas aumente, según consignó la agencia de noticias AFP. El vicepresidente Fuat Oktay había informado previamente que estaban reportadas hasta el momento 284 fallecidos y más 2.320 heridos. 

En la vecina Siria, en tanto, el potente terremoto causó al menos 326 muertos y 1.042 heridos en la zonas sirias controladas por el gobierno, informó la agencia de noticias oficial SANA. Hubo derrumbes de viviendas en varias ciudades, entre ellas Alepo (norte), segunda urbe de Siria, además de Hama (centro) y en Lataquia y Tartus, en la costa mediterránea.

Un anterior balance de la televisión estatal dio cuenta de 239 fallecidos en estos sectores bajo control del régimen de Damasco. En las regiones en manos de los rebeldes, cerca de Turquía, son los Cascos Blancos -socorristas que se movilizan en esas zonas- quienes contabilizan las víctimas.  "147 murieron y más de 340 heridos según un balance provisorio en la provincia de Idlib y los alrededores de Alepo", en el norte del país, anunciaron los Cascos Blancos en Twitter. Los Cascos Blancos dijeron que la situación era "catastrófica" y llamaron a las organizaciones humanitarias internacionales a "intervenir rápidamente" para ayudar a la población local.

El temblor se sintió a las 4.17 hora local (23.13 hora argentina) y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria. El movimiento telúrico se sintió también en el Líbano y en la isla de Chipre, según periodistas de AFP.

Es muy probable que el balance se agrave rápidamente, teniendo en cuenta el número de edificios derrumbados en las ciudades más afectadas, como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir, en el sureste de Turquía. Debido a la hora en que ocurrió el sismo, de madrugada, la mayoría de la gente estaba durmiendo en sus casas. Por seguridad, se cortó el gas en toda la zona, debido a las posibles réplicas y por los temores a que se produjeran explosiones. Este sismo, de hecho, es el más importante en Turquía desde el terremoto del 17 de agosto de 1999, que causó 17.000 muertos, un millar de ellos en Estambul.