Horacio Zeballos, el chico que mueve piezas de ajedrez y se convirtió en número 1 del mundo en tenis

Horacio Zeballos, de fortalecer su mente en el ajedrez a convertirse en número 1 del mundo en tenis a los 39 años. 

02 de mayo, 2024 | 16.41

El tenis argentino tiene una razón para festejar a lo grande después de varios años: Horacio Zeballos se convirtió en número 1 del mundo en dobles este jueves y se transformó en el cuarto argentino en obtenerlo. El marplatense, que se destacó en singles, tiene una historia de fortalecimiento mental a través de otro deporte que justifica su posición al tope del ranking de la ATP. 

En la Caja Mágica del Masters 1000 de Madrid un grito rompe entre los aplausos que bajan de la tribuna: "¡Uno!". Es Zeballos. El argentino, de 39 años, festeja junto a Marcel Granollers, su compañero de dobles, la sufrida victoria por cuartos de final ante los polacos Hugo Nys y Jan Zielinski por 4-6, 6-2 y 16-14 en el match tie break. Con la emoción a flor de piel y en el momento más prolífico de su vida deportiva, en los ojos del zurdo se reflejan las miles de batallas que atravesó para quedar en los libros del tenis. 

Los secretos de Zeballos para sobresalir en dobles

Los éxitos deportivos de Horacio, con 20 títulos en la disciplina, podrían explicarse desde algunas aristas específicas, que tienen inicio en su infancia. En el Edison Lawn Tenis, en Mar del Plata, club que lo cobijó desde muy pequeño, Zeballos practicaba un ejercicio que terminó siendo clave para su desarrollo en dobles: su padre, también llamado Horacio, le sacaba desde el cuadrado de servicio para entrenar los reflejos y velocidad. 

Como parte de una idea que buscaba sacar ventaja en la reacción, otra prueba por aquellos días era el "mini tenis". Cuando sus compañeros utilizaban ese ejercicio para relajarse, Zeballos armabas partidos en los cuadrados de saque, con la condición de no poder volear y sólo usar drop shots y slice.

En una entrevista con Página 12, su padre detalló las variantes que buscaban desarrollar en el joven zurdo: "Él jugaba en los dos cuadrados y yo sólo en uno, con mucha ventaja; era para entrenar la sensibilidad y los toques". Sus virtudes eran tan notables con 12 años que en 1997 jugó dos torneos de primera junto a su papá. Aunque no fueron campeones, la experiencia en el Náutico y en el Tenis Club Mar del Plata le sirvieron para tener roce con jugadores de otro nivel. 

Zeballos junto a su padre, en un torneo de Primera, con 12 años.

El deporte que lo apasionó y le forjó una personalidad de hiero

El tenis puede llegar a ser deporte ingrato desde lo emocional, incluso insalubre si no se tiene la capacidad de aceptar la derrota en una disciplina individualista. Sin embargo "Cebolla" pudo encontrar una vía de escape en lo lúdico para aislarse de sus propias presionales. Zeballos aprendió a jugar al ajedrez con su padre a la par que jugaba al tenis y se tornó vital en su vida para dominar la parte mental en el profesionalismo. "El tenis es mi prioridad pero soy un loco del ajedrez y es una pasión. Soy malo, eh, pero lo disfruto y trato de jugar partidas rápidas para que se asimile al formato de dobles, en el que hay que resolver situaciones en muy poco tiempo”, contó hace algunos años.

En cada viaje a Buenos Aires, Horacio practica ajedrez cada vez que tiene un descanso, pero despunta el vicio en otros momentos: durante las extensas giras fuera del país, utiliza plataformas de internet y juega frente a gente que se conecta desde cualquier parte del mundo. Incluso llegó a reconocer que se transformó en casi una obsesión, ya que debió ponerse un límite por el cansancio mental que le generaba el juego. 

El tenis individual, el punto de inflexión para brillar en dobles

Mucho antes de que se dedicara de lleno al circuito de dobles en 2018 y se convirtiera en el cuarto argentino en alcanzar el primer puesto (Paola Suárez, Gisela Dulko, ambas en dobles, y Gustavo Fernández en tenis adaptado con silla de ruedas), Horacio tuvo una larga experiencia en singles, con un comienzo espinoso.

Zeballos ingresó de manera oficial al profesionalismo en 2003, con 18 años. pero su primer título llegó recién 10 años después de su debut, a lo grande: en Viña del Mar 2013, el oriundo de Mar del Plata venció a Rafael Nadal por 6-7 (2-7), 7-6 (8-6) y 6-4, y se convirtió en uno de los cuatro jugadores que vencieron al español en una final sobre tierra batida.

Si bien tuvo buenos resultados y llegó a ser el 39º del mundo en 2013, a la par ya jugaba con más frecuencia el circuito de dobles y se ubicó en el puesto 65°. Incluso, desde algunos años, su esposa, Sofía Menconi, y sus hijos Emma y Fausto, comenzaron a formar parte de las giras por el mundo junto a él y su entrenador. En 2019,  Zeballos decidió enfocarse de lleno a la especialidad y luego de varios años en el Top 10, conquistó el sueño más grande de su vida: ser el mejor jugador de la historia del tenis argentino en dobles.