El mundo del tenis se vio convulsionado el viernes 29 de abril tras confirmarse una noticia inesperada: el ex-número 1 del mundo Boris Becker fue sentenciado por la Justicia británica a dos años y medio de prisión por transferir de manera ilícita grandes sumas de dinero y ocultar activos para declararse en bancarrota. El alemán deberá pasar un año y medio de manera efectiva en la cárcel y, después de ese plazo, podrá gozar de libertad condicional.
El oriundo de Leimen, ganador de 6 Grand Slams, enfrentaba cargos punibles hasta con 7 años de prisión y fue hallado como culpable de cuatro imputaciones contempladas en la Ley de Quiebra y absuelto en otras 20 por parte de la jueza Deborah Taylor, entre las más importantes no haber entregado trofeos (Wimbledon y Australian Open) y medallas que fueron puestos en subasta por un administrador tras su bancarrota.
El Tribunal de la Corona de Southwark descubrió que Becker tampoco declaró un apartamento en el lujoso barrio de Chelsea, Londres, y dos propiedades en Alemania, como también sacar cientos de miles de libras transfiriéndolas desde su cuenta empresarial a otras cuentas, como las de su exesposa Barbara y la de su actual pareja Sharlely “Lilly” Becker. Según su perfil que figura en la página oficial de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) obtuvo más de 25 millones de dólares en premios entre su carrera de singles y dobles.
Durante la sentencia, la fiscal Rebecca Chalkley manifestó que el exjugador actuó “de manera deliberada y deshonesta” y que “sigue intentando culpar a los demás”. Su abogado, Jonathan Laidlaw, por su parte, solicitó clemencia, argumentando que su cliente no había gastado dinero en un “estilo de vida lujoso”, sino en manutención infantil, alquiler y gastos legales. Becker también negó todos los cargos, asegurando que ha cooperado con los fideicomisarios encargados de incautar sus bienes, dijo que actuó bajo consejo de expertos y que no tiene potencial para ingresos futuros (hasta ofreció su anillo de matrimonio).
Tras escuchar el dictamen de la jueza Deborah Taylor, quien también le reprochó al deportista que no aprendiera la lección de haber recibido una sentencia de prisión suspendida en Alemania en 2002, lo que ha sido considerado "un agravante significativo", Becker fue trasladado a las celdas de la corte para empezar su condena. En los últimos años, el extenista ha sido coach de la estrella de Serbia Novak Djokovic y comentarista televisivo para la cadena británica BBC en el torneo de Wimbledon.