“La verdad es que levantarse siendo campeón argentino es una sensación increíble. Y muy loca a la vez. Me parece como si fuera ahora estar yendo al torneo sin saber cómo se definía el título, las chances que tenía… Y, la verdad, haberlo conseguirlo es algo de no creer. Me cuesta todavía…”.
Ruta 11. Kilómetro 9. Acantilados del sur marplatense. Juan Cruz Ruggiero va. Tal vez por esa inconsciencia que refleja su testimonio... Es la última fecha del circuito y puede salir campeón pero apenas sabe que debe ganar para no depender de nadie. Eso sí, nada parece intimidarlo a sus 20 años. Ni que existan otros (7) rivales con chances y enfrente haya varios consagrados, de mayor experiencia. Nada parece inmutarlo. Tampoco que deba hacerlo en el Quiksilver La Paloma, el torneo más famoso y complejo, en la ola más demandante y en unas condiciones del mar sólo para expertos. El talentoso joven platense, residente de Mardel desde los 4 años, baja el acantilado con una sonrisa, no parece sentir la presión cuando desciende por esa escalera a la nada que lo deposita en las piedras y de ahí salta al mar, confiado. En las olas muestra su esencia: un surfing poderoso, de alta concentración y excelente toma de decisiones. Parece un veterano. Tampoco le pesa que su hermano Ignacio esté en la pelea o que, en la final, se enfrente al último campeón, Tomás López Moreno. Está enfocado y se impone con autoridad. Sus colegas lo ovacionan y lo levantan en andas. La estrella del Team Quiksilver lo ha conseguido…
“No sé por qué lo logré… Casi pierdo en primera ronda, pero pude ir de menor a mayor. Me fui sintiendo bien, surfeando y compitiendo. El haber quedado tercero en el ranking del circuito pasado y, además, haber ganado la última fecha me dieron un plus de confianza. Sentí que estaba al nivel, que lo podía lograr, que era cuestión de tener consistencia en los torneos…”, explica quien ya había sido campeón argentino en U18 y U16. En Damas sucedió lo mismo, un doblete: Ornella Pellizzari se llevó la 19° edición de este mítico torneo -presentado por Ford y sus Maverick tope de gama- y, de paso, el 12° título nacional. Ratificando el crecimiento de la nueva camada, segunda quedó Cocó Cianciarulo (18 años), quien cerró como subcampeona. La rider de Roxy, hija del famoso músico Sr Flavio, viene dominando hace años los torneos junior, siendo campeona en todas las categorías, incluidas dos a la vez. Ahora viaja para representar a la Argentina en el Mundial ISA Junior, en El Salvador. “Fue un gran finde y un muy buen resultado, que confirma mi progresión y me invita a seguir por más”, dijo.
Crédito: Alejandro Ingrassia
Fueron jornadas soñadas en los acantilados. El primer día tuvo sol y un mar perfecto, lo que convocó a cerca de 1000 personas en esta tribuna natural que permitió disfrutar el surfing de elite y, a la vez, de la rica comida que preparó el chef Rodo Puente, todo acompañado por música de onda y una organización sin fisuras. El segundo, más nublado y con un mar más difícil, poderoso y con olas de dos metros, también fue en sintonía con la esencia distinta que tiene este spot. “Es, sin dudas, el evento más desafiante del calendario. El lugar tiene una mística especial, el acantilado, la bajada por la escalera, la subida con la soga, el camino con fotos de los campeones, el público que va y ahora con el monumento a una leyenda como Carlitos Di Pace… Toda esta combinación lo hace realmente único”, admitió el campeón masculino.
Cada torneo que pasa se observa cómo el testigo va pasando de las manos de los Passeri, los Siri, los Santamaría y los Rodríguez a los chicos de la nueva generación, además del crecimiento de las chicas. “Es importante que esto pase y se mantenga, que el agrandar la base no sea un decir sino un hacer y un compromiso de todos… Hoy contamos con una camada de chicos de 12/13 años que nunca tuvimos, otra de 18/19 años que se toman esto con seriedad y buenos representantes internacionales siendo faros, además de cada vez mejores escuelas y clubes con entrenadores para facilitar y potenciar esta evolución”, analizó Martín Passeri.
El surfista más ganador a nivel nacional (6) es, además, el Director del Centro de Alto Rendimiento de Surf en el balneario Honu Beach y el coach de varias nuevas joyas, como Ruggiero. “Lo más notable de estos chicos que hoy me toca acompañar es la capacidad de enfrentarse a grandes desafíos con madurez y compromiso. Juan Cruz es una persona talentosa y con una gran conexión con el mar y con lo que hace. En el agua es muy paciente, tiene un temple muy equilibrado y una gran capacidad de adaptarse a cualquier terreno. En este torneo no se apuró en ninguna decisión, tuvo una gran selección de olas y surfeó muy bien cuando el mar se puso difícil. Está físicamente muy bien y ha sabido usar sus fortalezas en momentos claves”, completó con su mirada siempre sagaz.
“No sé qué tengo especial, creo que nada (se ríe). Sólo me gusta surfear y la gente dice que lo hago bien… Eso sí, esto llegó tras un largo proceso: surfeo desde chico y en el camino he tenido mucho apoyo, principalmente de mi familia, que me ha permitido dedicarme a esto, poder viajar y, a la vez, estudiar. También el de Martín, con el que vengo desde los 12 años. Vivimos mucho juntos: viajes, entrenamientos, torneos…Me ha dado todo, como coach y persona”, contó JC, quien vivió una situación particular en este torneo por tener que pelear el torneo con su hermano, Nacho (17). “Fue raro, casi gracioso, con emociones encontradas, porque quería que perdiera (se ríe) y, a la vez, que le fuera bien”, reconoció. Su hermano menor, Facundo (11), otro que se las trae, alentó desde el acantilado. “También está corriendo muy bien, con un estilo muy lindo. Es medio cabrón, siempre le digo que se divierta”, aportó JC, ya de tarde, luego de salir de cursar el primer año de Kinesiología. “Los tres hermanos, además de talentosos, son personas con una vida alrededor del agua y mucho apoyo de sus padres para que lo hagan. Les dedican horas a surfear, siendo personas coherentes y simples”, agregó Passeri.
Ahora, para Ruggiero, se viene el tener que ratificar y, por qué no, dar un salto internacional. “Me gustaría viajar y poder ir a un torneo afuera. Es el próximo paso, un objetivo que me puse”, admitió. Condiciones le sobran.