La Superliga europea de fútbol tambalea e incluso podría desaparecer antes del debut oficial como consecuencia de las protestas de los hinchas de los clubes implicados, tanto a través de las redes sociales como de manera presencial, más allá de que no se puede concurrir a los estadios por la pandemia de coronavirus.
Es que horas antes de que Chelsea recibiera a Brighton este martes por la Premier League, miles de aficionados "azules" se congregaron en los alrededores de Stamford Bridge, en Londres, para pedir que la institución diera marcha atrás de cara a su supuesta participación en este campeonato junto a otras once potencias del Viejo Continente como Real Madrid y Atlético de Madrid en España; Juventus, Milan e Inter en Italia; Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal y Tottenham en Inglaterra.
De hecho, el City ya hizo oficial que se bajará de la competición y se estima que lo mismo harán el United y el propio Chelsea en las próximas horas. Además, Liverpool tampoco estaría y el Barça lo someterá a una votación de su asamblea de socios, que estiman que resultará negativa. De esta manera, cada vez son menos los que se mantienen firmes en sus posturas, por lo cual la marcha atrás y la retirada serían inevitables.
Esta competencia paralela a las históricas Champions y Europa League -con la idea de apenas 20 integrantes cuando se completaran los cupos con los invitados más aquellos clasificados por los méritos deportivos- dejaba afuera a los conjuntos más humildes y se volvía demasiado elitista, algo que no gustó en la mayoría de los seguidores de este deporte a nivel mundial.
Por lo tanto, todo parece indicar que el torneo quedará simplemente en una ilusión y en una amenaza hacia la FIFA (a escala global) y la UEFA (en el Viejo Continente), que deberán sentarse a negociar para repartir más dinero entre las instituciones que vayan por los trofeos que rijan dichas Asociaciones. Tanto ellas como las Ligas de los respectivos países (más otras naciones fuertes como Francia, Alemania, Países Bajos y Portugal) ya se habían pronunciado en contra de semejante movida "separatista, inconsulta y unilateral".
Por qué quieren crear la Superliga europea de clubes
Lo que argumentan desde las directivas de estos doce equipos es que la Champions vigente no les reditúa desde lo económico ni desde lo deportivo: sostienen que ellos llevan el peso, el rating y la atracción principal del campeonato, pero no les es retribuido en cuanto a los premios cobrados. Además, expresan que "hay que esperar demasiado" para observar grandes partidos entre los elencos más populares porque en la fase de grupos participan conjuntos menores y, por ende, el certamen pierde interés hasta que llegan las instancias finales. "Así se podrá ver un Arsenal - Inter o un Atlético de Madrid - Milan mucho más seguido, todo el tiempo. Eso es lo que le gusta a la afición", dicen por lo bajo.