El noruego Jakob Ingebrigtsen pulverizó el domingo por más de tres segundos el récord mundial de los 3.000 metros en la Diamond League de Silesia.
Ingebrigtsen terminó en un tiempo de 7 minutos 17,55 segundos, superando la marca establecida por el keniano Daniel Komen en 1996, cuando corrió en 7:20,67 en Rieti, en Italia, que era el récord mundial masculino de atletismo más antiguo en pruebas individuales en pista.
El anterior mejor tiempo de Ingebrigtsen en la distancia lo consiguió en septiembre del año pasado, cuando fue casi tres segundos más lento que la marca de Komen, pero en Silesia era un hombre con una misión.
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El noruego, de 23 años, estaba en estado de shock cuando cruzó la línea de meta y miró su tiempo, llevándose las manos a la cabeza con incredulidad. Ingebrigtsen recibió un cheque de 50.000 dólares y posó con él delante del reloj.
"Me siento especial, increíble. Esperaba batir aquí el récord del mundo, pero, basándome en mi entrenamiento, nunca puedo predecir con exactitud de qué tiempo soy capaz", dijo.
"Sin embargo, no me habría imaginado que podría correr en 7:17. Al principio, el ritmo era muy rápido, pero luego empecé a sentir la carrera y encontré un buen ritmo", agregó.
"Los 3.000 son una distancia dura. Después de cuatro o cinco vueltas sientes el ácido láctico, pero tienes que seguir adelante. Las condiciones eran difíciles con el calor de hoy, pero es lo mismo para todos".
Hace tres días, el noruego se había cobrado una pequeña revancha sobre el estadounidense Cole Hocker al ganar los 1.500 metros en Lausana en 3:27.83, dos semanas después de que Hocker sorprendió al ganar el oro en París.
"Ahora quiero batir récords mundiales en todas las distancias, pero hay que ir paso a paso", añadió Ingebrigtsen.
Con información de Reuters
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