La joya estaba ahí. Un nene zurdo que llevaba la pelota atada y hacía maravillas. Le tocó a Francis Cornejo, técnico de Los Cebollitas, ser el primero dentro del fútbol organizado en verlo. Diego Armando Maradona era una pepita de oro que apareció en un terreno de juego con tan solo nueve años. “Si vos tenés esa edad, yo soy Gardel”, le dijo la primera vez que se vieron. Era imposible que sea tan chico.
En la serie “Maradona, Sueño Bendito”, Fernán Mirás se pone en la piel de Francis Cornejo. En los primeros capítulos se puede ver la llegada que el entrenador tuvo con Diego y, sobre todo, con la familia. Más allá de lo que se ve en la pantalla chica, lo cierto es que el técnico tuvo un contrato de palabra y fue uno de los más respetados en la carrera del Diez. “Francis le dio diez pesos a un amigo de Diego (Goyo Carrizo) para que Pelu pueda viajar en colectivo para probarse. Dieguito vino, pero como había llovido no lo podían probar en cancha. Fuimos a todos lados y le terminó haciendo la prueba en una loma de la General Paz y Avenida Constituyentes”, recordó Rodolfo Fernández, uno de los grandes amigos de Cornejo, a El Destape.
“No podían creer que ese chico tenía nueve años. Así que se pelearon con uno que tenía un rastrojero, fueron hasta Villa Fiorito y ahí salió la madre, Doña Tota, con el DNI. Y ahí recién se quedaron tranquilos”, rememoró Rodolfo. Es que Cornejo, en realidad, era un amante del fútbol. Si bien también trabajaba en un banco para poder subsistir, su principal pasión siempre fue la pelota. Conmovido por cómo jugaba Maradona y por el carácter de Pelusa, el técnico de Cebollitas le tendió la mano a Diego y a su familia. Desde moverse para conseguir dinero y así curar una lesión hasta un viaje a Fiorito para convencer a la familia. “Francis lo cuidó siempre, pero siempre. Lo aconsejaba, le decía que juegue a la pelota. Y siempre hubo buena relación con sus padres. Mucho respeto”, rememoró Fernández.
Una de las situaciones de amor y lealtad se dio en Córdoba. Los Cebollitas, ese equipo histórico y legendario que acuño la categoría '60 del Bicho de la Paternal, deslumbró con su fútbol. En el año 1973, el equipo perdió la final de los Juegos Evita, pero un año después alcanzó el título. En esa ocasión se jugó en Córdoba y el equipo de Diego le ganó en el último partido 3-0 a Misiones con una actuación -¿cuando no?- brillante de Pelusa. Años más tarde, en una entrevista con El Gráfico, un entrenador histórico de la Primera División del fútbol argentino, Pedro Marchetta, contó que vio ese partido y quiso comprar el pase junto a un club “Recuerdo haber ido a hablar con el padre, con Don Diego, pero quiso seguir en Argentinos Juniors porque ahí estaba Francis Cornejo”, relató. Esa anécdota es revalorizada años más tardes por Rodolfo Fernández, quien -en charla con este medio- agregó: “Le ofrecieron una fortuna, pero Don Diego dijo que no porque eso era una traición a Francis”.
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El hombre que descubrió a Maradona se mantuvo con el ojo clínico. Durante más de treinta años, Argentinos Juniors logró ser conocido como “el semillero del mundo”. La zurda inmortal e irrepetible se destacó entre todos, pero por ese camino también pasaron Claudio Borghi, Fernando Redondo, Sergio Batista y hasta Juan Román Riquelme. “Salieron una pila de jugadores, pero lo principal es que había una enseñanza de jugar bien al fútbol. De no pegar patadas, de no enojarse”, sostuvo Rodolfo mientras se agranda por la historia del Bicho de La Paternal.
Con una larga trayectoria, Francis Cornejo siempre se mantuvo fuera de los flashes de la televisión. Hasta el día de su muerte, el 14 de marzo de 2008, el técnico siempre se mostró orgulloso: “He pintado el cuadro más lindo de todos”, dijo en una entrevista con el diario Olé. Lejos de los amigos del campeón, el descubridor de Maradona falleció cobrando la jubilación mínima y en una situación de vulnerabilidad económica. “Nunca le pedí nada a Diego y tampoco quiero que me lo dé, es el hijo que no tuve y con eso estoy satisfecho. Él dijo una vez 'Francis es de la época fea, cuando el estómago hacía ruiditos'... con eso digo todo”.
Muy lejos de los grandes homenajes, Argentinos Juniors le dedicó un lugar que no tenía que haber perdido nunca. Desde hace unos años, el estadio Diego Armando Maradona, ahora tiene una tribuna con su nombre. Un gesto de amor futbolero, para el descubridor del futbolista más grande de todos.