Messi y el Inter de Miami: la ratificación de un cambio de paradigma en el fútbol

El futbolista argentino será presentado al Inter de Miami. Después de que el foco haya estado en oriente, ahora el fútbol de Estados Unidos quiere tomar el control. Copa América, Mundial y, ahora, el mejor de todos.

10 de junio, 2023 | 00.05

La noticia sorprendió al mundo. El lunes, cuando Jorge Messi se mostró con Joan Laporta, todo apuntaba a que Lionel Messi iba a volver a ese lugar donde tan feliz fue. El Barcelona era la locación en la que, si la historia fuera de Disney, tendría que haber terminado sus días. Pero el fútbol es sorprendente. Y las decisiones humanas también lo pueden ser. Esas ganas de los hinchas (egoístas, claro)  por ver al mejor cerrando un ciclo perfecto, quedaron truncas. Así el crack decidió su propio final y, como si fuese un capricho del destino, ese parece estar muy cerca del verdadero Disney. A un par de kilómetros, no más. En Miami, en el Internacional de Miami.

Detrás de esa franquicia -decirle club es mucho- que recién ahora se empezó a conocer masivamente, hay una historia detrás, pero que marca a la perfección dónde está el dinero del poder futbolístico hoy. Luego de un crecimiento tradicional en un club mítico y legendario, acompañada por una academia de fútbol como lo es el Barcelona y tras una carrera llena de logros, Lionel Messi tuvo dos opciones colosales: una del Manchester City y otra del Paris Saint Germain.  El club inglés dominado por Emiratos Árabes Unidos, que un par de semanas antes del adiós del crack del Barcelona había comprado a Grealish por 100 millones de Euros, se quedó con las ganas. Y Messi recayó al único lugar que podía garantizarle sus pretensiones. 

Pretensiones seis estrellas, claro. Ese club fue el de Al Thani que, detrás, tenía los petrodólares qataríes. La configuración del fútbol, luego de dos años difíciles y una relación imposible con el público francés, expulsó a Messi del PSG. Allí aparecieron otras dos megaofertas. Un club forrado en petróleo de Arabia Saudita -con el apoyo de ese país- ofreció 1.500 millones de dólares en tres años. Es decir, 500 millones de dólares por año. Esto es, según estadísticas de 2021, 100 millones dólares más que el Producto Bruto Interno de Tonga. Y, por otro lado, un club de "nuevos" en el fútbol. Una franquicia que tiene cinco años, que se fundó en 2018 y que tiene una "cara bonita".

El Inter de Miami nació hace un lustro, puede ser tranquilamente una cantidad de tiempo de un noviazgo. O menos. La historia no existe y menos en esa ciudad que, en 2002, había visto cómo su última franquicia, el Miami Fusion, desapareció porque a la MLS no le importaba. Incluso, esta experiencia repetida de armar un "mega equipo" que luego desaparezca ya es común en esas latitudes: el Cosmos de Nueva York, ese mítico lugar en el que estuvo Pelé tuvo una experiencia que duró menos de quince años. Nació en 1971 y murió en 1985.

Este cambio en el fútbol mundial -uno nuevo por qué no- tiene en su formato a un grupo de personas acostumbradas a ser dueños. Uno de los primeros fue Marcelo Claure, un empresario boliviano de telecomunicaciones quien, junto con Masayoshi Son y los hermanos José y Jorge Mas decidió armar un equipo de fútbol en Miami. Allí se sumó David Beckham (y su esposa Victoria Adams). El empresario no solo tenía intenciones en el fútbol de Estados Unidos ya que, además, es el dueño del Bolívar de Bolivia y acompaña -en parte- a la propiedad del Girona Fútbol Club junto al City Group y "Pepe" Guardiola, el hermano de Pep. Hace un par de años, Claure decidió abrirse de este negocio estadounidense y, junto con Son, le vendieron todas sus acciones a los hermanos Más. 

Estos hermanos son multimillonarios de las telecomunicaciones y son hijos de Jorge Más Canosa. Jorge Más Canosa fue un cubano exiliado que, desde Miami, se sumó en el inicio de la década del 60 a la invasión con las fuerzas de exiliados a Cuba para armar un estado paraestatal y tratar de derrocar a Fidel Castro. Lo hizo subiéndose -y financiando- a la invasión a la Bahía de Cochinos en la Playa Girón, pero nunca logró entrar en combate. Esa operación fallida no opacó el sentimiento anticantrista y, desde Estados Unidos, creó la Fundación Nacional Cubano Americana que, por supuesto, tenía una fuerte impronta antisocialista. 

Más allá de ese pasado del padre de los dueños del club donde estará Lionel Messi, los hermanos Más ven en el fútbol un negocio sumamente rentable y, como suele suceder, todo termina en la Liga de España, esa Liga que acepta las Sociedades Anónimas Deportivas y que, siempre que se habla de conglomerados futbolísticos, tiene alguna pata ocupada. Jorge Más (hijo) es dueño del Zaragoza de España. En la primera reunión, tras comprar ese club centenario, no viajó y su presentación la hizo a través de una cámara web en una teleconferencia. 

La ola de los "dueños" de franquicias, clubes o equipos en el mundo no frena. Incluso también aparece como parte de pago para varios contratos y hasta allí podría haber llegado la Major League Soccer en su afán de pedirle a Lionel Messi que se meta en su liga. Los reportes de varios medios estadounidenses, como The Athlétic, marcaron que en la propuesta al crack argentino aparece también la posibilidad de que el rosarino sea dueño -o tenga un porcentaje- de una nueva franquicia en Las Vegas una vez que se retire. Un equipo más, de la nada, y así el dueño del fútbol puede ser, además, dueño de un equipo de fútbol. El poder de una Liga completa que deseó al argentino, de una Federación que pujó para tener la Copa América (2024), el Mundial (2026) y que, ahora, alcanzó al mejor futbolista de la actualidad. 

Estos cambios de aires aparecen, desde luego, después de que la FIFA le haya dado el beneplácito a Rusia y al mundo árabe de tener un Mundial cada uno. Ahora, en estos vientos de cambios, Estados Unidos vuelve a reposicionarse con la idea de ser el eje de la número cinco a nivel global. Y, por lo menos hasta el 2027, el foco empieza a alumbrar hacia esa dirección.