El Mundial de Qatar 2022 le marcó la cancha con anticipación a la Selección Argentina, una situación inesperada con el cachetazo que significó la derrota con Arabia Saudita en el debut mundialista pero que permite reaccionar a tiempo. Con México, el seleccionado se juega algo más que seguir con vida en el Grupo C y clasificar a octavos de final: está el futuro de un legado que generó ilusión y un vínculo estrecho con los hinchas a través de la conducción de Lionel Scaloni.
Atrás quedó la frustración del debut, la importancia de pasar rápido de hoja tras analizar las cosas que se hicieron mal. De desbloquear la cabeza porque lo que se viene es una "final" adelantada, como inteligentemente lo denominaron en la interna del plantel. Suele pensarse en el colectivo imaginario futbolero que el verdadero Mundial arranca en octavos de final, cuano llega el momento más intenso de los "mata-mata". Al equipo argentino esa ecuación le llegó por adelantado. Sin márgen para el error, el segundo partido de la copa mundialista ante el México de "Tata" Martino le suma un poco más de morbo.
Los cálculos matemáticos ya los hicimos con todas las variables, una y otra vez. Lo cierto es que Argentina tiene que ganar frente a los mexicanos no sólo para continuar en el Mundial, si no también para seguir afianzando una idea de juego que alcanzó un récord histórico de 36 juegos invicto pero que puede estar en peligro en caso de recibir otro simbronazo. La mano de Scaloni empezó a visibilizarse en la Copa América de 2019, en la que Argentina perdiò de manera ajustada en semifinales ante Brasil, el local. Lo que siguió después es conocido: Eliminatorias Sudamericanas con actuaciones memorables y la obtención de la Copa América de Brasil 2021. Una temprana eliminación de Qatar 2022 podría dinamitar todo lo logrado, en un fútbol acostumbrado a destruir procesos exitosos.
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El legado construído por Scaloni, su cuerpo técnico y jugadores, debería ir más allá de los resultados. Un estilo de juego de la selección mayor y un tipo de conducción que se derramó en todas las selecciones juveniles, de la cabeza hacia abajo. Ahí es dónde los jugadores deben recuperar la memoria, en defender lo que llos mismos crearon y desarrollaron en cuatro años de competición. Claro que por un partido el equipo no pudo haber perdido la memoria, aunque no debe tomarse como algo aíslado y tenerlo presente de aquí en más. Pueden cambiar algunos nombres en el 11 titular, incluso jugar 20 metros más atrás a lo acostumbrado porque en una competición como el Mundial se juega más que un partido, pero la escencia de los mostrado, de jugar y competir no debería diferir.
El convencimiento es la clave para lo que se jugará en el Estadio Lusail desde las 16, algo que Scaloni y sus asistentes inculcaron de manera eficiente al que se pusiera la camiseta durante el proceso. El mismo Lionel Messi lo evidenció claramente en la charla previa a la final con Brasil en el Maracaná que aparece en el documental Sean Eternos. llegaron hasta el Mundial con una forma que se convirtió en un legado. Ya habrá tiempo para barajar y dar de nuevo. El Mundial se adelantó y puede generar una inyección anímica positiva si se gana la primera final. El sábado, contra México.