El ataque a uno de los supermercados de la familia de Antonela Roccuzzo en Rosario repercutió en el mundo. La amenaza directa a Lionel Messi en la tierra donde nació y se crío pone en jaque la ilusión de los hinchas de Newell's y del fútbol argentino en general que desean unos minutos del mejor futbolista de toda la historia en las canchas argentinas. El ataque a las tres de la mañana desató una serie de interrogantes que no solo tienen que ver con los colores rojinegros sino también con lo que puede pasar con la Selección Argentina.
En el fútbol argentino existe un operativo clamor para que, al menos por un par de partidos, Lionel Messi juegue en Newell's aunque sea después de una renovación con el PSG. Si bien la frase del Kun Agüero que se viralizó en los últimos días sobre que Lionel "está pensando" en jugar en la Lepra es falsa, lo cierto es que los directivos del conjunto rosarino, sumado a Maxi Rodríguez y Gabriel Heinze, el entrenador del equipo, están haciendo lo imposible para convencerlo. Eso se suma, además, a charlas que el mismo Rodríguez admitió, pero que necesita el acompañamiento de la Asociación del Fútbol Argentino y una infraestructura capaz de estar a la altura del mejor jugador de la historia.
Con esa maquinaría encendida, el ataque directo a la familia Messi se convirtió en uno de los obstáculos más importantes para esa llegada. Más allá de lo que ocurrió con el capitán del último campeón del mundo, lo cierto es que la violencia en Rosario ya se convirtió en un impedimento en sí mismo para que los clubes de esa ciudad puedan reforzarse con otros jugadores. El actual entrenador de Rosario Central, Miguel Ángel Russo, lo sostuvo en una conferencia de prensa previo al inicio del torneo ante las dificultades para sumar jugadores al plantel: “Las complicaciones del libro de pases fueron muchas. Nos encontramos con esposas de jugadores que no quieren venir a vivir a Rosario. Es una realidad, es muy duro y me duele decirlo, pero chocamos contra eso también”. La violencia atenta a estas situaciones que ya exceden a los ámbitos futbolísticos. Si bien a lo largo de los últimos años ya hubo amenazas a jugadores, como por ejemplo Javier Pinola, la situación nunca había pasado a futbolistas símbolos de la Selección Argentina.
En este punto, Gabriel Heinze -uno de los que están buscando el retorno- fue pesimista con respecto a esta situación y al ataque. Así se plegó: “Esto no atenta solo con Leo, atenta contra toda persona. Por supuesto que lo aleja y a cualquier otro. Hablamos de él por lo que es Leo, pero también hay muchos chicos a los que les gustaría volver. Y también te aleja de muchas cosas”. Lo cierto es que el propio Lionel es un habitúe de la ciudad de Rosario. No le escapa al retorno: su casamiento, navidades, vacaciones y fiestas de fin de año suele pasarlo en los alrededores de la ciudad.
Sin embargo, nunca había pasado de una amenaza directa. Ahora se prendieron las alarmas sobre lo que podría llegar a ocurrir, por otro lado, con el futuro de Lionel Messi en la Selección. El próximo 20 de marzo, Messi tendría que llegar a Argentina para los partidos ante Panamá y Curazao. En este punto, se espera que la AFA desarrolle una seguridad especial para esos encuentros. Después del episodio que no solo tocó lo deportivo, sino que se metió de lleno en las campañas políticas, se espera una respuesta contundente para acompañar al mejor jugador de la historia.
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