El fútbol argentino ha dejado una huella imborrable en los Juegos Olímpicos. Con actuaciones brillantes y jugadores excepcionales, la Albiceleste logró coronarse en lo más alto del podio olímpico en dos ocasiones consecutivas. Con los juegos de París 2024 cerca, y con la expectativa de lograr nuevamente subirse a lo mas alto del podio en el fútbol olímpico, en este artículo, revivimos las gloriosas campañas de Atenas 2004 y Beijing 2008, donde Argentina demostró su poderío futbolístico a nivel mundial.
Atenas 2004: la primera medalla
El 28 de agosto de 2004 quedó grabado en la historia del fútbol argentino como el día en que se conquistó la primera medalla dorada olímpica. Después de 52 años de espera, la Selección Sub 23 dirigida por Marcelo Bielsa logró lo que parecía imposible. Con un gol de Carlos Tevez en la final contra Paraguay, Argentina hizo sonar su himno en el corazón de Grecia, marcando el inicio de una nueva era dorada.
La campaña del equipo argentino en Atenas 2004 fue simplemente espectacular. Con seis victorias en seis partidos, la Albiceleste demostró una superioridad abrumadora. El equipo anotó 17 goles y, aún más impresionante, no recibió ninguno en contra. Esta hazaña no solo les valió la medalla de oro, sino que también estableció un récord olímpico que sería difícil de superar.
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El camino hacia la gloria incluyó victorias contundentes en la fase de grupos contra Túnez (2-0), Serbia y Montenegro (6-0) y Australia (1-0). En las etapas eliminatorias, Argentina continuó su marcha imparable, venciendo a Costa Rica (4-0) en cuartos de final, a Italia (3-0) en semifinales, y finalmente a Paraguay (1-0) en la gran final. Con esta victoria, Argentina se unió a Francia y Brasil como las únicas selecciones en ganar todas las competencias mayores del fútbol: Copa América o Eurocopa, Mundial y Juegos Olímpicos.
Beijing 2008: de la mano de Messi, Di María y Riquelme
Cuatro años después de la hazaña en Atenas, el fútbol argentino volvió a brillar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Bajo la dirección de Sergio Batista, quien tomó las riendas después de que Alfio Basile declinara el cargo, Argentina defendió con éxito su corona olímpica. La campaña fue tan impresionante como la anterior: seis partidos jugados, seis victorias, once goles a favor y solo dos en contra.
El equipo de Beijing 2008 contaba con un plantel estelar. Juan Román Riquelme fue elegido como capitán y emblema del equipo, mientras que un joven Lionel Messi, con 21 años y el número 15 en la espalda, se convirtió en la sensación del torneo. Javier Mascherano, el único sobreviviente del equipo campeón de 2004, aportó su experiencia, y Sergio Agüero, reciente goleador del Mundial Sub 20 de 2007, completaba un ataque de lujo.
El camino hacia el oro en Beijing no estuvo exento de desafíos. Después de un debut ajustado contra Costa de Marfil (2-1), Argentina venció a Australia (1-0) y Serbia (2-0) en la fase de grupos. En cuartos de final, un agónico triunfo en tiempo extra contra Holanda (2-1) dio paso a una semifinal memorable contra Brasil, donde la Albiceleste se impuso por un contundente 3-0. La final contra Nigeria, el 23 de agosto de 2008, vio a Ángel Di María convertirse en héroe nacional al anotar el gol de oro que aseguró el bicampeonato olímpico para Argentina, consolidando así su dominio en el fútbol olímpico.