Alejandro Sabella, un DT con un libro de historia bajo el brazo

El técnico tuvo un salto tardío para convertirse en entrenador, pero aun así se volvió en el líder de un equipo que unió a los hinchas.

05 de noviembre, 2021 | 11.56

Es uno de los entrenadores que dejó enseñanzas más allá de la número cinco. Conocido como jugador y como ayudante de campo, su salto a la dirección técnica en solitario fue tardío, pero de igual forma los cinco años que dirigió tanto en un club como en la Selección Argentina estuvo marcada por el éxito. Alejandro Sabella se convirtió en un director técnico que rompió todos los moldes, principalmente, con su forma de pensar. 

Peronista "desde los sesenta, cuando estaba proscripto", Alejandro Sabella siempre se mantuvo firme a una serie de conceptos que iban más allá de su propia forma de pensar. El caso más conocido, por ejemplo, fue en el festejo de la Copa Libertadores con Estudiantes de La Plata. Emocionado hasta las lágrimas, ante su gente, después de haber ganado la final en Brasil y haberse quedado con el trofeo, en su discurso, ante una plaza rellena, su referencia final fue fue "llevo en mis oídos, la más maravillosa música que, para mí, es la palabras de ustedes, el pueblo de Estudiantes de La Plata".  Minutos antes, aseguró que "la casa estaba en orden". 

Con un equilibrio medido, más allá de haber parafraseado a Raúl Alfonsín y a Juan Domingo Perón, sus ideas estaban claras. Hijo de una familia antiperonista, en más de una ocasión contó: "Mi padre, antiperonista que quiso seguir la carrera militar pero no pudo por que tenía la columna desviada; mi tío, antiperonista, era sordo de un oído y no pudo seguirla; mi otro tío era general peronista y mi abuelo de parte paterno era general... y se daban discusiones". Como un "bicho raro" del fútbol, Alejandro Sabella no solo estuvo cerca de la pelota, sino también de las palabras. Estudió Derecho, que finalmente tuvo que dejar para dedicarse al fútbol y mantuvo una cercanía con la política: "Siempre fui progresista", solía decir.

Otro caso puntual fue, por ejemplo, cuando en su presentación como entrenador de la Selección Argentina habló de la importancia de tener sentido de pertenencia que conlleva la celeste y blanca: "Nosotros tenemos sentido de pertenencia hacia nuestra patria, hacia nuestro país y hacia nuestra Selección. Para hablar de generosidad, ahí, en la puerta de la sala, tenemos a la bandera de nuestra patria. ¿Qué mayor generosidad que la de Manuel Belgrano, que dio todo por la patria? Era rico y terminó pobre. Es el ejemplo a seguir, el de la generosidad, el de poner el bien común por encima del individual".

Desde ya, el mundo del fútbol no solo recuerda sus frases y su forma de trabajar. Todas esas enseñanzas, además, estuvieron respaldadas por resultados.  Un torneo local y una Copa Libertadores en el mítico Estudiantes de La Plata de 2009 con Verón a la cabeza. En la Selección, más allá de haber perdido la final del Mundial 2014 ante Alemania, Alejandro Sabella logró algo muy complicado. Que no haya una grieta y que un equipo enamore. La identificación con aquel equipo fue total y tuvo una recibida eterna, similar al del equipo subcampeón de 1990.  Alejandro Sabella se convirtió en un entrenador que saltó diferencias.