La Selección Argentina tiene un duelo clave el próximo miércoles frente a Polonia. Para no depender de otros resultados, el equipo que dirige Lionel Scaloni debe ganar para llegar a los octavos de final. Por su parte, frente al equipo nacional está la selección polaca que llega a esta instancia con el afán de llegar a la misma instancia y lo hace a través de un plan bastante diferente al que Argentina se acostumbró en estos últimos tiempos. Lejos de tener control de pelota y pasar por el mediocampo, como hicieron México y Arabia Saudita, el equipo europeo varía mucha esa situación.
La Selección polaca no gusta de tener la pelota y de dominar con el control. Es un equipo que, además, no presiona la salida de los rivales y que busca premeditadamente que el control de la pelota lo tenga el rival: permite eso. De hecho, en los partidos entregó la tan buscada -por muchos- posesión en manos de su rival. México tuvo el control de la pelota hasta un 63%. Ya, en el segundo encuento, los sauditas tuvieron hasta un 64% de posesión. En ambos casos con una idea deliberada de entregar el balón al rival, refugiarse atrás y tratar de salir de contra.
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Bajo esta premisa, Polonia tiene un par de centrales altos, que se encierran y que tapan los posibles claros que puedan dejar. A esto, por otro lado, se le suma la cuestión de que el equipo polaco tiene una característica: no se pone colorado. Si tiene que reventar la pelota, la revienta y ahí sus dos delanteros gigantes tratan de aguantar. A lo largo del torneo y de las eliminatorias, Polonia saltó líneas, no toca en mitad de cancha (más allá de hacer dos o tres toques de transición) y busca salir rápido. Incluso con la búsqueda de una "segunda jugada". Es decir, pelotazo largo a sus torres, para que los mediocampistas lleguen desde el fondo.
Con esta entrada, la Selección Argentina ya sabe lo que va a ocurrir: va a tener el contro de la pelota, seguramente, gane el mediocampo. Otro dato es que va a manejar la pelota y allí aparece la primera necesidad del equipo que dirige Lionel Scaloni: tratar de generar mayor dinámica a lo que ocurrió en el primer tiempo ante México donde se vio un equipo previsible y lento. La otra necesidad es una situación habitual a lo que pedía y rogaba Carlos Bilardo. Defender en ataque será clave para el conjunto albiceleste, es decir estar atento a tener la pelota en la mitad de cancha contraria y, en caso de perder la pelota, los defensores centrales de Argentina tienen que estar atentos para no ser sorprendidos.
El tercer punto, por otro lado, que tendrá que revisar la Selección es no enloquecerse y empezar a tirar centros de manera desordenada. Los defensores polacos son altos, defienden bien y, sobre todo, son potentosos. De ingresar en esa trampa,q ue seguramente le pondrá Polonia, se puede llegar a apurar y a perder la paciencia que, con el correr de los minutos, puede ser más complicada. Lo cierto es que, más allá de cómo se plantea el encuentro, el conjunto nacional tiene variantes y posibilidades para pasar a octavos de final.