Después de que el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, asegurara que las condiciones de resguardo para la vuelta de Ángel Di María al país "están garantizadas", dos barrabravas de Newell´s fueron detenidos esta madrugada, acusados de haber sido los responsables de las amenazas al jugador de la Selección Argentina en su casa del barrio privado Miraflores, en la ciudad de Funes, ocurridas a fines de marzo.
Finalmente, "Angelito" no volverá a Rosario Central porque "no se sentía seguro" por los hechos de inseguridad que padece el territorio santafesino. Luego de que el presidente canalla Gonzalo Belloso confirmara la decisión del delantero de 36 años, en estas horas se conoció que dos cabecillas de la facción disidente de la barra de la Lepra quedaron retenidos: Alejandro “Rengo” Ficadenti y Sergio “Bebe” Di Vanni son los hombres identificados tras los operativos policiales en la zona oeste de Rosario.
Los involucrados fueron sorprendidos por agentes de la División de Inteligencia de la Policía de Investigaciones -que contaron con la colaboración de la Tropa de Operaciones Especiales- mientras se subían a un auto en Seguí al 5300.
El fiscal Pablo Socca, que investiga la intimidación a la familia Di María, ordenó allanamientos en distintas propiedades de Rosario y Piñero, donde se secuestraron 18,5 millones de pesos y ocho celulares. En uno de esos operativos, también fue demorado Marcelo "Coto" Rubattino, otro integrante de la barra brava rojinegra, donde se incautaron dos millones y medio de pesos y tres teléfonos.
En la investigación de Socca fueron imputados Pablo Ezequiel Acotto (35) y Sara Belén Gutiérrez (23). El pasado 3 de abril se les atribuyó haber dejado una nota escrita en la puerta del country de Funes Hills Miraflores y haber realizado disparos al aire. Ambos habrían cobrado la cifra de cuatro millones de pesos por cometer la intimidación, según se ventiló en la audiencia. Lo que ahora se presume es que los dos habrían recibido la orden de “Rengo” y “Bebe”.
Pullaro salió a responderle a Di María por no volver a Rosario por la inseguridad
Tras unos meses de incertidumbre, Di María tomó la decisión de seguir su carrera en el Benfica de Portugal y no retornar a Santa Fe para cerrar su fantástica carrera en el club de sus amores. Tras la Copa América 2024 conseguida en Estados Unidos, "Fideo" definió su futuro y seguirá en el fútbol europeo. Las amenazas directas a la familia del futbolista ocurridas el 25 de marzo lo obligaron a tomar esta decisión.
Belloso, presidente de Rosario Central, lo anunció a comienzos de esta semana: “La vuelta de Angelito es o fue un sueño para todos los hinchas de Central. A lo largo de este último año, creció la idea de que él venía, fuimos haciendo muchas cosas en conjunto y creíamos que estábamos en un gran momento para recibirlo. El sábado me dijo que no va a volver al club porque no siente las garantías de seguridad ni para él ni su familia. Nos duele porque lo queríamos y respetamos muchísimo su decisión”, explicó en el programa Radiópolis, de Radio 2.
El gobernador Pullaro no tardó en responderle al exjugador del Real Madrid y reconoció que “es doloroso” que no quiera regresar por una cuestión de seguridad, pero afirmó que "todas las personas tienen los resguardos", aunque "hay que aceptar un protocolo, no es la misma vida que vas a tener si sos una persona conocida o que puede ser víctima de tensión, en este caso de hinchadas de fútbol”. Además, dijo que, ante estas circunstancias, personalidades como el atacante del club portugués tienen que “perder márgenes de libertad”.
En ese sentido, hizo referencia a los protocolos de seguridad personales y se tomó el atrevimiento de hacer una autorreferencia, ya que él mismo fue víctima de intimidaciones por las bandas narcos: “Lo tengo yo que debo ser la persona más amenazada del país por las organizaciones criminales, lo tienen los fiscales y también lo tiene a disposición cualquier persona pública que quiera vivir aquí, como un deportista de gran nivel”, dijo en diálogo con De 12 a 14 (El Tres).
Pullaro admitió que dirigentes del club le solicitaron oportunamente que hablase con el futbolista para convencerlo, pero contó que no accedió por considerar que no era pertinente. "En un momento me habían pedido que me comunicara con Di María; dije que no correspondía que yo hiciera eso. Nosotros trabajamos en los diferentes protocolos para los distintos tipos de resguardo, y trabajamos para que toda la sociedad pueda vivir mejor, no sólo quienes tenemos exposición pública", insistió.