A poco de cumplirse 15 años de la pelea entre los exdefensores de River Eduardo Tuzzio y Horacio Ameli por una infidelidad, el ex presidente José María Aguilar habló del tema y reveló aspectos desconocidos.
El escándalo que estalló en el seno del plantel 'Millonario' mientras era puntero del Clausura 2005 y peleaba la Copa Libertadores y causó importantes consecuencias a nivel deportivo e institucional en el club. Todo comenzó cuando Tuzzio reveló en una reunión con el plantel que su por entonces amigo Ameli (con quien compartió plantel también en San Lorenzo) mantenía una relación con su esposa.
"Fue una situación muy perturbadora hacia adentro y de repercusiones incalculables hacia afuera. Una revelación de esta naturaleza abre puertas insondables, una Caja de Pandora. La infidelidad, escenificada en el principal equipo de la Argentina, despierta una curiosidad y sensibilidad insuperables", aseguró Aguilar sobre el hecho en una entrevista con La Nación.
El polémico exdirigente volvió a hablar luego de varios años en silencio y dio algunas precisiones de cómo atravesó el club ese momento. "La postura más estricta y principista implicaba separar a ambos futbolistas para evitar los ruidos consecuentes, pese a que nadie podía asegurar que esos mismos ruidos no provocaran divisiones en un equipo que estaba en plena competencia", recordó.
Y agregó: "La permanencia de ambos era una prueba de liderazgo muy severa para el cuerpo técnico y los dirigentes, y un mensaje muy claro en cuanto a las reglas a seguir. Optamos por la segunda opción, la de que los dos permanecieran en el plantel. Le dimos prioridad al aspecto deportivo".
Aguilar contó que se reunió con ambos jugadores y otros referentes del plantel, además del cuerpo técnico encabezado por Leonardo Astrada y Hernán Díaz, para tomar la decisión. "En todo el club se generó una situación muy desagradable, cambió la fisonomía y el ambiente que se respiraba. Fue algo de muy alto impacto. Mi obligación era guardar la discreción que todavía mantengo en este relato. Tampoco me correspondía conocer los detalles íntimos del asunto", apuntó.
Al tiempo que señaló: "Hubo más rebote fuera de las canchas que dentro. Y eso que todavía no estaban en auge las redes sociales. Con Twitter, Instagram y demás plataformas, el infierno se hubiera potenciado. Sin redes sociales fue un infierno, con ellas se habría transformado en el infierno de Dante. La farandulización le hace mucho daño al fútbol".
Para el expresidente ese semestre pudo "haber sido muy distinto sin esta bomba que nadie veía venir". Si bien el equipo logró sortear a Liga de Quito y Banfield en la Libertadores, finalmente cayó en semifinales frente San Pablo y se desplomó en el torneo local, donde no volvió a ganar desde el inicio del escándalo.
"River podría haber ganado y ahí sí creo que tuvo influencia esta cuestión de Ameli y Tuzzio. Había un acumulado desde que se destapó el caso y el hartazgo empezaba a correr. Estos temas urticantes provocan disgregaciones que se darían en cualquier oficina y hasta en una sala de lectura", evaluó Aguilar. Para él, "con el diario del lunes se puede decir que no adoptamos la decisión correcta"
Sobre el manejo de Astrada, el dirigente consideró que hizo "todo de la manera que pudo, con la gran experiencia que tenía como jugador y con su amplio conocimiento del mundo River, pero tampoco estaba preparado para algo que trascendía a la táctica y a los estilos de juego".
Finalmente, el expresidente analizó ese momento con la perspectiva que dan los años y lanzó un tiro por elevación contra Tuzzio. "Seguramente en el plantel se formó un grupo amelista y otro tuzzista, pero no al límite de causar una grave división. Sí, por el curso que tomaron los hechos y el tratamiento público y mediático que se le dio, Tuzzio quedó como el bueno y Ameli como el malo. Honestamente, a estas alturas de las circunstancias, no estoy tan seguro de que fuera así", afirmó.
Y completó: "Para Ameli significó el final de su carrera, prácticamente. Fue el más perjudicado, yo me quedé mal por eso. Tuzzio fue egoísta, ocupó el papel de víctima, lo cual le dio el apoyo de gran parte del plantel. No sé si Eduardo era víctima, porque tampoco estoy seguro de que las haya en este tipo de situaciones, no me atrevo a afirmarlo. No creo que estas cuestiones deban dirimirse en culpable e inocente de tan manera tan tajante. No me meto en cuestiones personales, pero sí digo que la manera de manejarse de Tuzzio provocó una bomba, no solo en el plantel, sino en todo River. Fue una invitación a que el morbo se instalara a sus anchas".