River Plate le dio la peor noticia al gobierno de Javier Milei, que impulsa las SAD en el fútbol argentino junto a su socio Mauricio Macri. El club de Núñez, presidido por el empresario Jorge Brito, dejó en claro una vez más que jamás pasará de ser una asociación civil sin fines de lucro a una Sociedad Anónima Deportiva.
En esta oportunidad, luego de que Brito lo dijera en reiteradas ocasiones, quien se pronunció de manera contundente fue Stéfano Di Carlo. El secetario general de la institución fue consultado al respecto de esta situación y respondió sin dudarlo que "la postura de toda la Comisión Directiva es siempre la misma, que es estar en contra de las SAD". De hecho, concluyó que "River nunca va a convertirse en una SAD" y lo argumentó con firmeza: "Pero no porque lo querramos nosotros ni seamos quiénes, desde las alturas, para decir lo que pensamos o queremos, sino porque es el sentir del hincha de River y del hincha del fútbol en general...".
Milei va por las SAD: qué significa una intervención del gobierno argentino en la AFA
Esta medida va en contra de lo que dice el Estatuto vigente de la casa madre del fútbol argentino, que destaca que todos los integrantes deben ser sociedades sin fines de lucro. Por lo tanto, de implementarse definitivamente las SAD, podría generar severas sanciones por parte de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado). Es que los artículos 14 y 15 establecen que "las federaciones miembro deben ser administradas de forma independiente y procurar que no se produzca ninguna injerencia por parte de terceros en sus asuntos internos".
Como el ente rector que preside Gianni Infantino prohíbe la intromisión de un gobierno en el ámbito de una asociación miembro, las penas podrían ir desde la suspensión de la federación nacional afectada hasta la exclusión de todas las competiciones internacionales de las Selecciones de Argentina y la pérdida de beneficios (económicos y deportivos) vinculados con la membresía en la FIFA.
Concretamente, en el ámbito deportivo, no habría torneos en la Argentina, los equipos no podrían presentarse a jugar ningún torneo oficial, la Selección Argentina dejaría de competir y la AFA quedaría "bloqueada" para realizar cualquier tratativa económica o deportiva a nivel nacional e internacional. Todo esto significa que prácticamente se paralizaría el fútbol argentino en todos sus estamentos, una situación a la que por supuesto no quiere -y tampoco le conviene- llegar el gobierno de Milei.
Además, la normativa refiere que el reglamento de todas las federaciones deberán ser neutrales, independientes y prevenidas de injerencias políticas, garantizando completa autonomía especialmente en los órganos judiciales. En esta línea, el artículo 19 recalca de manera terminante: “Todas las federaciones miembro administrarán sus asuntos de forma independiente y sin la injerencia de terceros”, dice el apartado de la FIFA. A su vez, establece que “los órganos de las federaciones miembro se designarán únicamente mediante elección o nombramiento interno” y que sus estatutos “estipularán un procedimiento electoral democrático para la elección o los nombramientos”. “La FIFA no reconocerá a ningún órgano ni las decisiones tomadas por el mismo de una federación miembro que no haya sido elegido o nombrado mediante elección o nombramiento interno”, concluye