Naomi Osaka confía en que su asociación con su nuevo entrenador, Patrick Mouratoglou, se convierta en una colaboración a largo plazo, según ha declarado este miércoles la cuatro veces campeona de Grand Slam, tras pasar sin problemas a la segunda ronda del Abierto de China.
Osaka, de 26 años, se separó a principios de mes de Wim Fissette, su entrenador, después de cuatro años juntos en dos etapas, y llegó a Pekín esta semana con Mouratoglou, que ya había guiado a su idolatrada Serena Williams a 10 de sus 23 títulos importantes.
Osaka, ex número uno del mundo, busca relanzar su carrera después de una racha irregular y de haber regresado al circuito hace nueve meses tras una larga pausa por maternidad.
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"Le estoy llamando ahora mismo mi entrenador. No sabía que había tanto interés en mi palco. Diría que ahora mismo es mi entrenador", dijo Osaka tras vencer a Lucia Bronzetti por 6-3 y 6-2 en su primer partido a las órdenes de Mouratoglou.
"Intento no entablar relaciones con la gente a corto plazo. Intento pensar que es un compromiso a largo plazo. Me gusta cómo entrena".
"Creo que va a ser muy interesante", afirmó Osaka.
Osaka dijo que al principio dudó en acercarse al francés Mouratoglou, que también ha trabajado con Grigor Dimitrov, Stefanos Tsitsipas, Simona Halep y Holger Rune, entre otros.
"El hecho de que fuera el entrenador de Serena me hizo querer evitarle sólo porque su figura es muy grande. No es por ser grosera, porque he descubierto que no es verdad, pero no lo sabía... No sabía si era un buen entrenador o si entrenaba a Serena", dijo Osaka.
"Luego le conocí, hablé con él, trabajé con él en la pista. Es sin duda un buen entrenador. Estoy muy contenta de que se haya hecho cargo de este proyecto".
"Diría que todavía estoy un poco nerviosa a su lado. Miro al suelo cuando él me mira. Creo que necesito pasar más tiempo con él. Cada día me siento un poco más cómoda".
Con información de Reuters