Rifda Irfanaluthfi se enteró de que se había convertido en la primera gimnasta indonesia clasificada para los Juegos Olímpicos horas después de ser ingresada en un hospital belga tras un aterrizaje brusco desde las barras asimétricas.
En la parte de atrás de la ambulancia, la gimnasta de 24 años no paraba de enviar mensajes.
"No paraba de preguntar a mi mánager, a mi entrenador y a mis amigos. Les mandaba mensajes uno por uno: ¿He clasificado?", recordó.
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A la mañana siguiente de la lesión, Rifda recibió la noticia de que tenía que operarse de una rodilla. También supo que había clasificado para los Juegos de París.
"En ese momento estaba llorando, abrazada a mi entrenador", cuenta tras una sesión de entrenamiento en Yakarta. "Mi entrenadora me dijo que por fin nuestra ilusión se había hecho realidad".
Casi dos años después de su operación y horas tras horas de tenaz entrenamiento diario, Rifda se prepara para París, donde competirá en gimnasia artística, que incluye una serie de competiciones individuales en diferentes aparatos como la viga, el caballete y las barras asimétricas.
Indonesia, que espera enviar una veintena de atletas a París, ha ganado 37 medallas olímpicas, 36 de ellas en bádminton y halterofilia, y una solitaria plata en tiro con arco.
Eva Butar-Butar, entrenadora de Rifda desde hace muchos años y ex gimnasta profesional, afirma que la participación de la atleta en París sería un "momento decisivo para el deporte en Indonesia".
"No es porque no tengamos atletas", afirma Butar-Butar. "Sino más bien por el sistema de apoyo, que dificulta que los atletas indonesios alcancen un nivel mundial".
ACOSADA EN INTERNET
La madre de Rifda, Yulies Andriana, que antes trabajaba como profesora en una escuela deportiva especializada, dijo que su hija había luchado contra muchos retos como joven atleta, pero que en estos días ha enfrentado un reto diferente.
En el país de mayoría musulmana más poblado del mundo, los conservadores religiosos han acosado recientemente a Rifda en Internet, calificando de "pornográficas" sus fotos en mallas.
"La acosaron en Internet", explica su madre. "Así que tuvo que cerrar los comentarios para detenerlo".
Antes de ir a París, donde competirá junto a su ídola, la gimnasta estadounidense Simone Biles, Rifda pasa gran parte del día en un gimnasio destartalado de Yakarta Oriental, perfeccionando sus volteretas, giros y rutinas en una viga de equilibrio envejecida, junto a unas colchonetas raídas.
"Esto no es sólo para mí. Quiero motivar a todo el mundo, especialmente a los jóvenes atletas, no sólo de gimnasia artística, sino también de otros deportes que nunca se han clasificado para los Juegos Olímpicos", afirma.
(Escrito por Kate Lamb; Editado en español por Héctor Espinoza)
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