Italia, número uno del ranking, dominó a Estados Unidos para ganar la final olímpica de voleibol femenino el domingo, derrotando a las defensoras del título en sets consecutivos y adjudicándose su primera medalla de oro en el último día de los Juegos.
Italia llegó a los Juegos Olímpicos como campeona de la Liga de Naciones de Voleibol y no perdió ningún partido en su camino hacia el oro, cediendo un set en la fase de grupos y ninguno en las eliminatorias.
Mientras Italia selló una victoria por 25-18, 25-20 y 25-17, Paola Egonu, de 25 años, una de las máximas anotadoras del torneo de París, terminó con 22 puntos y cuatro bloqueos.
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"Estoy tan feliz, tan orgullosa, no puedo describir la alegría por este grupo de chicas... Este año ha sido muy bonito", declaró Egonu.
Las estadounidenses habían ganado una medalla en los últimos cinco Juegos Olímpicos y la plata era su séptima medalla en total -más que ningún otro país en voleibol femenino-, pero no fueron rival para Italia el domingo.
Egonu dio a Italia un comienzo fulgurante, con la opuesta de 1,90 metros muy implicada en cada jugada, tanto en defensa en la red como en ataque, forzando a las estadounidenses a un temprano timeout cuando se vieron por detrás en el marcador.
Aunque Estados Unidos logró remontar, Egonu sentenció el primer set con un remate que impidió a la estadounidense Chiaka Ogbogu recuperarse.
El segundo set estuvo muy igualado al principio, antes de que un remate de Myriam Sylla y los enormes bloqueos de Anna Danesi y Sarah Fahr dieran a Italia la ventaja necesaria.
Estados Unidos luchó de nuevo, pero Egonu no falló en el set point para poner el 2-0, asestando un duro golpe psicológico a las estadounidenses, que cometieron errores en el tercer set.
Italia, por su parte, siguió impresionando en la red con 11 bloqueos en total, mientras que las estadounidenses no lograron hacer ni un solo bloqueo en el partido.
Mientras Italia celebraba cada punto, su victoria parecía inevitable y la medalla de oro llegó cuando el remate de Jordan Thompson quedó fuera mientras las suplentes italianas irrumpían en la pista y abrazaban a sus compañeras, que cayeron de rodillas.
(Reportaje de Rohith Nair en París; Editado en español por Héctor Espinoza)