Luego de la despedida de Emanuel Ginóbili en San Antonio no había muchos analistas que se animaban a pronosticar un futuro promisorio para los jugadores argentinos en la NBA. Sin embargo, este año las novedades desde la liga mas importante del mundo derrumbaron cualquier análisis. Así la evolución de Facundo Campazzo y la desfachatez de Gabriel Deck, sumado al futuro que les espera a Leandro Bolmaro y Lucas Vildoza modificaron el panorama. En todos estos jugadores hay denominador común: la formación en los clubes de barrio.
Previo al inicio de la pandemia del COVID-19, según un relevamiento de la Asociación de Prensa de Básquetbol Argentino, en el país había entre 1.200 y 1.500 clubes de barrio que tenían básquet en formato “competencia”. Muchos de ellos federados en una liga. Este número, según el mismo análisis, se estiraba a 3 mil en referencia a la “iniciación”. Campazzo, que ahora brilla en Denver Nuggets, surgió del club Municipalidad de Córdoba, Gabriel Deck -hoy en Oklahoma City Thunders- tuvo un paso por Mitre de Colonia Dora, un pueblo con menos de 7 mil habitantes. Lo mismo para Bolmaro en el club Almafuerte.
“Es el primer lugar donde los chicos se forman. Es donde arrancan su formación en esto. Sin ese paso no hay demás”, dijo a El Destape Juan Gatti, entrenador de la Selección Argentina U-15 y formador de basquetbolistas. Parte de su trabajo es rastrillar y encontrar talento en todo el país. En cada uno de los jugadores encuentra algo en común: los clubes de barrio. Un lugar de encuentro en el cual los chicos juegan, aprenden y socializan y no solo pasa en Ciudad o Conurbano. Pasa en todo el país. “Los jugadores son 100% formados por los clubes. Con los profes que dan conceptos, primero. Que explican y después compiten”. Además, agregó: “Me atrevo a decir que el básquet es el más federalizado. Como ningún otro”.
La federalización y la importancia de los primeros lugares de recepción se ven cuando se hace un repaso de dónde surgen los basquetbolistas. Por ejemplo, de todos los argentinos que llegaron a la NBA, no hay ningún nacido en la Ciudad de Buenos Aires. No obstante, hubo varios jugadores que se forjaron dentro del sistema de competición metropolitano: Luis Scola y Nicolas Laprovittola son algunos de ellos. “La mayoría de los basquetbolistas tienen no menos de 10 años de formación. Primero con los profes y después en los equipos de la Liga Nacional”, sostiene Gatti.
Si bien cuando se hace repaso de la cuna de los talentos aparecen diversas ciudades, al ver los títulos de la Liga Nacional hay un dominio porteño. Con once títulos es el distrito que más torneos conquistó, pero eso no exime a la federalización de la competencia: 10 provincias lograron tener un campeón de Liga. “Los que están en la NBA son producto de la Liga que es formativa. Sigue formando jugador, de ahí se van a Europa y pegan el salto. Pero todos los que juegan en la Liga Nacional son producto de los clubes de barrio”, añadió Gatti a El Destape. Campazzo, Deck, Fabricio Oberto y Walter Herrmann, por ejemplo, son algunos de los que dominaron la Liga Nacional fueron campeones en sus respectivos clubes, luego crecieron y dominaron Europa para después recalar en la NBA.
“Uno de las mejores cosas que tenemos nosotros en cuanto a la formación es que no dejamos afuera a nadie. Por reglamento todos tienen que jugar en los partidos”, sostiene Gatti con respecto a las ligas formativas de básquet. Esto hace que no haya una deserción de los chicos en las actividades. Según un informe de la UCA realizado en 2019, seis de cada diez estudiantes no practican ningún deporte ni realizan actividad física fuera del colegio. Este número se incrementa en Capital Federal. “También tiene que ver con la cercanía. En el interior es distinta la habitualidad del chico en el club. Lo dejás y lo vas a buscar a las nueve de la noche. Está siempre ahí, pero es verdad que no tiene la misma competencia que en Ciudad”, añadió Gatti.
Con estos números como plafón, en diversas entrevistas, el entrenador campeón en Atenas 2004, Rubén Magnano revalida la idea del rol de los clubes: “Son la célula que mantiene viva al deporte”, sostuvo. Desde Bahiense del Norte para Manu Ginóbili y Pepe Sánchez en Bahía Blanca hasta el club Mitre de Colonia Dora para Gabriel Deck, los clubes de barrio mantienen su espalda.