Aunque la derrota de Francia ante Túnez (1-0) tras alinear un equipo de reservas no debería influir en el futuro de los vigentes campeones en el Mundial, su último partido del Grupo D, disputado este miércoles, demostró que caminan por la cuerda floja.
"Les Bleus", que se enfrentarán a Polonia en octavos de final el domingo, rindieron por debajo de lo esperado en el estadio de la Ciudad de la Educación y sólo crearon algo de peligro cuando salieron del banquillo Kylian Mbappé, Antoine Griezmann y Ousmane Dembélé salieran desde el banquillo supusieron alguna amenaza.
Griezmann incluso marcó el que podía haber sido el empate a los ocho minutos del tiempo añadido, pero el árbitro Matthew Cogan anuló el gol por fuera de juego tras una revisión del VAR después del pitido final, lo que provocó una queja de la federación francesa.
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Hasta ese momento, Deschamps había realizado nueve cambios en el equipo que se aseguró el pase a la fase de eliminatorias con una victoria por 2-1 ante Dinamarca, y Francia se mostró despistada y desbordada en el centro del campo.
Matteo Guendouzi y Youssouf Fofana se mostraron muy por debajo de su nivel internacional, y la actuación de Jordan Veretout también fue decepcionante, lo que hace temer que Deschamps no tenga refuerzos en caso de que Aurelien Tchouameni o Adrien Rabiot se lesionen o sufran una suspensión, aunque la mayoría de los jugadores no fueron alineados en su posición habitual.
En la delantera, Randal Kolo Muani solo tuvo una ocasión —aunque, en su descargo, fue con el único pase bueno que se le proporcionó—, mientras que Kingsley Coman, que en algún momento compitió con Dembélé por un puesto en el once inicial, no tuvo ningún impacto.
FALTA DE "EXPERIENCIA COLECTIVA"
"Sé que no les he puesto en las mejores condiciones con todos estos cambios porque no tienen una experiencia colectiva", dijo Deschamps.
Deschamps también tendrá noches de insomnio para pensar qué hará si Theo Hernández, su único lateral izquierdo en condiciones, o que ya es la segunda opción en el lateral derecho, tienen que perderse un partido.
Con Lucas Hernández descartado del torneo por una lesión sufrida en el primer partido, el centrocampista Eduardo Camavinga tuvo problemas en el lateral izquierdo, mientras que Benjamin Pavard, al que se le podría haber dado una segunda oportunidad el miércoles tras su mala actuación contra Australia, se quedó en el banquillo porque "no estaba con el estado de ánimo adecuado", según Deschamps.
En el centro de la defensa, Raphael Varane, junto con el centrocampista Aurelien Tchouameni, el único jugador que fue titular tanto en el partido contra Dinamarca como en el de Túnez, se mostró desubicado, mientras que Ibrahima Konaté, que sustituyó al entonces lesionado jugador del Manchester United en el primer partido, fue el único que dio alguna satisfacción a Deschamps.
El central del Liverpool parecía estar un nivel por encima de todos sus compañeros, especialmente de Varane, y es seguro que Deschamps podría considerar alinearlo desde el principio junto a Dayot Upamecano.
"Ahora empieza otro torneo", dijo Deschamps, lo que puede suponer un alivio para los seguidores de Francia tras la actuación del miércoles.
Con información de Reuters