La emoción se desbordó cuando Senegal selló la clasificación a los octavos de final de la Copa del Mundo, que se dio exactamente dos años después de la muerte de Papa Bouba Diop, el jugador que marcó la carrera de mucho de los actuales integrantes de la selección, entre ellos Kalidou Koulibaly.
El capitán lució un brazalete especial con el número 19 de Diop y los jugadores sostuvieron una pancarta con el retrato del centrocampista fallecido a los 42 años después de la victoria 2-1 sobre Ecuador que metiera al equipo africano entre los 16 mejores del Mundial.
Diop marcó un gol en la victoria 1-0 de Senegal contra la entonces campeona Francia en el torneo de 2002 y dos en el empate 3-3 con Uruguay en su último partido de la fase de grupos.
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"Esta victoria y este trofeo (de la figura del partido) son para la familia de Papa Bouba Diop, es un día muy especial", dijo un emocionado Koulibaly a periodistas tras lo que calificó como "uno de los partidos más importantes de nuestras carreras".
"Queríamos conmemorar al gran jugador que fue, es una leyenda del fútbol senegalés, me hizo soñar, nos hizo soñar a todos, así que no podíamos estropearlo en el aniversario de su muerte", señaló.
Senegal no pudo contar con Sadio Mané, descartado antes de comenzar el torneo por una lesión de peroné, y el delantero del Bayern Munich también estuvo en la mente de sus compañeros.
"Nosotros también jugamos por Sadio, es nuestra estrella, nuestro hermano, somos una familia", dijo Koulibaly antes de que el seleccionador Aliou Cissé mencionara también al ex entrenador Bruno Metsu, que los llevó a los cuartos de final en 2002 y que falleció en 2013.
"No me olvido de todos los que nos ayudaron a estar aquí hoy", dijo el DT.
Con información de Reuters
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