Los argentinos aspiran a ser como Lionel Messi, quien lleva una vida ordenada, pero en realidad son más parecidos al rebelde Diego Maradona, dijo un periodista autor de un libro sobre el actual capitán de la "albiceleste", mientras aumentan las comparaciones entre los dos grandes números 10 durante el Mundial.
Ambos jugadores demostraron tener un talento descomunal con la pelota pero Maradona tiene estatus de culto en Argentina gracias a su personalidad luchadora y a haber ganado un Mundial, algo que Messi anhela, a pesar de ser un ídolo indiscutido del Barcelona y haber recibido 7 Balones de Oro.
"Lio es el argentino que queremos ser, el tipo respetuoso, el que va por el mundo y le abren las puertas, el que da una buena imagen, el que está en todos lados con su familia", dijo a Reuters Marcelo Sottile, autor del libro "Messi, el distinto", el primero sobre el astro en Argentina.
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"Y Diego es un poco el argentino que somos, en líneas generales: el tipo peleador, que se rebela al poder, el tipo canchero", agregó el autor, quien aclaró que alguna vez escuchó esta idea y le quedó grabada en la memoria.
Messi es conocido por su personalidad introvertida y su estabilidad familiar, mientras que Maradona tuvo hijos extramatrimoniales, problemas con las drogas y era famoso por sus controvertidas declaraciones, ya fuera de fútbol o de política.
Muchos argentinos veían en las fallas de Maradona su costado más humano y lo convirtieron en una figura de culto, inmortalizada en canciones, una "iglesia" y decenas de murales que evocan sus jugadas en la cancha. A Messi, quien logró innumerables títulos en el Barcelona, se le cuestiona no haber conseguido grandes hazañas con la selección nacional.
Para Sottile, Messi recién consiguió el apoyo incondicional en Argentina con el triunfo de la Copa América, especialmente después de ganar la final ante Brasil en 2021 en el estadio Maracaná.
"Siempre digo que de un modo increíble Messi consiguió unanimidad en Argentina recién al ganar la Copa América. Hoy no se ven detractores", dijo el autor, quien sostiene que además existe un quiebre generacional entre quienes vieron jugar a Maradona y los más jóvenes, que no son tan críticos con Messi.
"Tengo 48 años, en mi generación somos esclavos emocionales de Maradona, es nuestro ídolo, es nuestra foto en la pared del cuarto. Los sub-30 nunca pusieron en ese lugar inquisidor o cuestionador a Messi", dijo, aunque reconoció que el podio para los hinchas -y la prensa- lo alcanzará si gana el Mundial.
Argentina, que no obtiene una Copa del Mundo desde México 1986, se ilusiona con llevarse a casa el codiciado trofeo y deposita en Messi una enorme carga de responsabilidad.
"A Messi le exigen más porque es el que viene a pelearle, a discutirle o a hacerle sombra a Maradona. Lio hace 15 años que está entre los tres mejores jugadores del mundo (...) Pero lamentablemente necesitaba ganar acá porque en Argentina te da la razón ganar", concluyó.
Con información de Reuters