Los Mundiales, además de generar una expectativa desbordante, suelen dejar historias particulares que trascienden la competición. A falta de poco más de un mes para el inicio del Mundial de Qatar 2022, vale recordar lo que sucedió con Ahn Jung Hwan, el jugador surcoreano que, tras marcarle un gol a Italia en Corea-Japón 2002, fue echado por su club en la Serie A y despertó amores y odios.
A mediados del 2002, el oriundo de Paju, Gyeonggi, arribó al Perugia italiano tras dos buenas temporadas en la liga de su país, donde llegó a marcar 34 goles en 67 partidos y fue llegó a ser elegido el futbolista coreano en 2001. Con grandes antecedentes, el Calcio lo esperaba para seguir acrecentando su estadística goleadora.
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Sin embargo, la primera etapa en el club del norte de Italia no fue como él esperaba, ya que le costó mucho entrar en confianza con sus compañeros e, incluso, tuvo una mala relación con Marco Materazzi, a quien tildó de "matón" por los malos tratos que el defensor tenía hacia él delante de todo el equipo. Hasta llegó a trascender que el duro central izquierdo cargaba al asiático con que tenía olor a ajo, situación que llevó al surcoreano a dejar de comer dicho alimento por las bromas de su compañero. Pero la vida tenía preparada un suceso aún más importante y desagradable para él algunos meses después.
Ahn Jung Hwan, el gol de la gloria y la maldición
El Mundial de Corea-Japón 2002 fue deseado durante muchos años por los surcoreanos, ya que nunca habían tenido la posibilidad de albergar semejante evento. Para eso, se prepararon de una manera especial, siendo concientes de que era una oportunidad única de hacer historia ante su gente.
Luego de quedar primeros en el Grupo D, tras vencer en el debut a Polonia 2-0, empatar 1-1 ante Estados Unidos (gol de Ahn Jung Hwan) y de derrotar 1-0 al Portugal de Figo y Rui Costa, el país entró en ebullición y se encolumnaron detrás de un mismo sueño.
Con el pase confirmado a la siguiente fase, en los octavos de final llegó el momento de enfrentar a la poderosa Italia de Francesco Totti, Gianluigi Buffón, Christian Vieri y Alessandro del Piero, que eran dirigidos por Giovanni Trapattoni. Si bien contaba con grandes figuras, la "Azzurra" había clasificado segundo en su grupo de manera sufrida tras ganarle a Ecuador, igualar con México y perder con Croacia.
Con un imponente Estadio de Daejeon con más de 40.000 espectadores, los italianos dejaron marcada su jerarquía al ponerse en ventaja con gol de Vieri a los 18 minutos. Con fallos arbitrales polémicos a favor de los locales, como había sucedido en los encuentros anteriores, los coreanos fueron en busca del empate y lo conseguirían a los 88 gracias a Ki Hyeon Seol.
El encuentro en los 90 minutos terminó igualado y se debió disputar el "Gol de Oro", una regla que indicaba en aquel entonces que, el que hacía el gol, ganaba. Y allí llegaría la historia que daría vuelta todo el mundo. A los 118 minutos, cuando faltaban 120 segundos para definir los octavos de final por penales, Ahn Jung Hwan anotó el gol de cabeza que le dio el pase a Corea del Sur a cuartos y toda la gloria.
Sin embargo, minutos después que finalizara el intenso e histórico encuentro, ocurrió una situación insólita: el presidente del Perugia dio una entrevista en italia para anunciar el despido de Ahn Jung Hwan de su equipo. “Cuando vino a jugar con nosotros no tenía para pagarse un sándwich. Se volvió rico sin hacer grandes cosas. Y ahora, en el Mundial, denigró al fútbol italiano. No tengo ninguna intención de pagarle un sueldo a alguien que ha arruinado al fútbol italiano”, manifestó Luciano Gaucci y, minutos después, cumplió su promesa le rescindió el contrato.
Tras enterarse de la decisión tomada por el club italiano, el delantero surcoreano reconoció que se sentía muy molesto en su orgullo y que nunca más volvería a jugar allí, ya que el sólo cumplió con el deber de defender la camiseta de su país. Tras recindir el vínculo en Italia, Ahn Jung Hwan pasó primero por el Metz de Francia, luego por el Duisburgo de Alemania, el Shimizu S-Pulse y Yokohama Marinos de Japón y regresó a Corea Del Sur para jugar en Suwon Samsung Bluewings Football Club y luego se retiró en Busan IPark Football Club, donde había debutado como profesional.