"Que de la mano, de Leo Messi....", cantan los hinchas de la Selección haciéndole el aguante al 10 rosarino que un día rompió ese maleficio que lo tuvo a maltraer desde Alemania 2006 en adelante, cuando hizo su debut en una Copa del Mundo. Cuando hacer un gol en una instancia eliminatoria de este torneo se le hacía esquivo, finalmente llegó el día en el que lo logró para abrir un partido muy difícil ante Australia y acercarse al gran sueño de su vida. Fue en los octavos de final del Mundial de Qatar 2022, probablemente el último del astro argentino, aunque muchos sueñan con que rompa otro récord -que de eso sabe y mucho- y juegue un sexto con 39 años.
El mejor del mundo fue clave para dar tranquilidad en un momento complicado como tantas veces lo hizo. Tal como apareció contra México con un golazo de afuera del área con un pase de Ángel Di María, Leo le convirtió al conjunto australiano tras una buena jugada en la que participaron sus compañeros Alexis Mac Allister y Nicolás Otamendi. A los 35 minutos del primer tiempo la "Albiceleste" funcionó como el equipo que es, sacó ventaja gracias a su gran estrella y no hay dudas que es uno de los días más felices de su vida. No por su grito desaforado por hacer su primer tanto en una fase de "mano a mano", sino porque hizo delirar a un país de nuevo. Sí, aquel "pibe" que la rompía en donde jugaba y que miles lo criticaban por "no aparecer", apareció otra vez, la rompió y encima se sacó la "mufa".
Claro, el camino al 18 de diciembre no es para nada fácil y Argentina lo sabe. Se viene Países Bajos que dejó en el camino a Estados Unidos en un duelo por los octavos de final, pero la "Albiceleste" tiene a su talismán, al hombre que está jugando su quinta Copa del Mundo y que no dudó nunca cuando sus compañeros lo necesitaban. No por nada se calzó la cinta de capitán antes de que arranque cada partido del elenco argentino, lo hizo con la convicción de ser el líder convierta o no, pero siempre yendo al frente. Esta vez se le dio y, de manera indiscutida, fue la gran figura del partido. Seis remates al arco, 55 pases efectivos: los números tampoco mienten y demuestran que lo hecho por el hombre del PSG valió muchísimo.
Con Julián Álvarez, con Lautaro Martínez o con quien lo acompañe en la delantera, él sabe lo que tiene que hacer. Leo asiste, juega, se mueve por la cancha y hasta a veces pasa desapercibido, pero tiene en mente una sola cosa y es con la Selección Argentina. La "Pulga" quiere la tercera, quiere ser campeón mundial, cumplirle el sueño a las miles de almas que viajaron a Qatar y a las millones que lo esperan en Argentina para celebrarlo como se merece. El broche de oro para su carrera es levantar el trofeo más preciado del mundo y hoy, 3 de diciembre del 2022, dio un paso gigante para lograrlo. Todo dependerá de lo que pase de acá al 18 en Lusail. Completar la canción y que el 10 dé la vuelta depende de un equipo que nos ilusiona y que tiene una estrella que brilla cada vez más. Quedan tres finales más por delante y la ilusión sigue más viva que nunca.
El próximo viernes 9 será la primera ante un conjunto europeo al que Messi ya enfrentó en un Mundial y fue tan solo ocho años atrás. Cuando el técnico era el inolvidable Alejandro Sabella, la "Albiceleste" se metía en la final de la Copa del Mundo que días más tarde perdería ante Alemania y Leo también participó de ese cotejo. El partido terminó 0 a 0, pero Leo tuvo lo que tenía que tener para patear un penal en la tanda y convertir para que luego "Chiquito" Romero y sus compañeros hagan el resto.
Por supuesto que nadie quiere llegar a esa instancia de nuevo, mucho menos al tiempo suplementario, por eso no vendrá nada mal que Lionel continúe con la buena racha en estas instancias y siga haciendo historia.