Sin dar muchas explicaciones, Lionel Scaloni fue rápido y conciso. Al terminar el sorteo, el entrenador de la Selección Argentina aseguró: “No nos podemos quejar, ni estar contentos. Estamos bien”. Lo hizo con cara de póker. Lo cierto es que, más allá de los buenos modales, el sorteo no entregó un cruce con una potencia futbolística y, por el contrario, abrió la puerta a un crecimiento paulatino dentro del torneo. También obligó a cambiar los planes.
Uno de los datos más positivos. El azar evitó a Alemania, Países Bajos y hasta a Croacia, el último subcampeón mundial. También alejó a la Selección Nacional de los peligrosos equipos africanos como Senegal o Ghana. Si bien, como dice la máxima futbolera, “los partidos hay que jugarlos”, en la previa del sorteo, al revisar los posibles rivales, la suerte le jugó una buena pasada al equipo. No hay “potencias” en el grupo. Incluso, hasta entregó una posibilidad más: la de mejorar con el correr de los partidos.
La Selección Argentina jugará en Qatar 2022 contra tres equipos muy distintos entre sí. Por estilo y hasta por nivel. La suerte acompañó hasta para posicionarlos. De menor a mayor. El arranque con el -probablemente- seleccionado más débil de toda la Copa del Mundo sacó una sonrisa. Si bien Arabia Saudita tiene una larga trayectoria en la historia de los Mundiales, desde la primera participación en 1994 a la actualidad solo pasaron de ronda una vez: en el debut. Hoy la actualidad del fútbol saudí pasa más por su poderío económico y la búsqueda de comprar activos (como el Newcastle de la Premier League) que por mejorar el rendimiento de su selección.
Si bien el tiempo pasa rápido en un Mundial y el recuerdo lleva a que, por ejemplo, a la Selección de Alejandro Sabella le costó vencer a Irán en 2014, la situación de arrancar con un rival de los más débiles permite acomodar piezas. Encontrar variantes e ir subiendo de nivel. Si aparecen, incluso, algunas dudas de funcionamiento el equipo de Lionel Scaloni podrá tocar algunas piezas para reacomodar esquemas dentro de la zona que le tocó y ante un rival que, en la previa, no es una potencia: México. Para finalmente terminar contra Polonia, el europeo del grupo.
Más allá de las buenas noticias de haber escapado a “los más grandes” dentro de la fase inicial, existe un pequeño problema con el que tendrá que convivir Lionel Scaloni. La mayoría de los rivales más poderosos no estan disponibles para los amistosos previos a las copas. Las selecciones africanas y las europeas tienen su calendario ocupado y, ahora, la mexicana se ve impedida por ser rival de grupo.
Allí aparece una complicación para Scaloni y compañía para encontrar un rival de fuste en medio de la preparación. Estados Unidos, otro de los clasificados de la Concacaf, podría aparecer en el horizonte aunque todo entra en el terreno de la especulación. Más allá de la manera en la que llega a la Copa del Mundo, ahora al cuerpo técnico se le abrió una posibilidad más: terminar de probar piezas incluso dentro del torneo.
Al mirar alrededor y al resto de los grupos, de entrada, la Selección Argentina puede estar tranquila. Se escapó de las fieras en el arranque y prepararse para los mano a mano. Así al equipo argentino le apareció otro empujoncito de la suerte, que -desde ya- no está mal aceptarlo.