Javier Mascherano retornó a la dirección técnica del seleccionado Sub 20 para disputar el Mundial del que Argentina será sede a partir del 20 de mayo, luego de la frustrada clasificación el el Sudamericano de Colombia, pero para ello se tomó su tiempo, porque llegó a pensar que su presencia "era contraproducente para los chicos" a raíz del peso específico que tuvo su trayectoria como jugador, tanto en Barcelona como esencialmente en la selección nacional.
"Personalmente estaba convencido de que era perjudicial mi presencia porque mi nombre va pegado al de la selección mayor, y sobre todo en los últimos tiempos donde como jugador perdimos esas tres finales. Eso estaba instalado en la gente y era una mochila que no quería pasársela a los chicos", dijo hoy Mascherano en una entrevista con ESPN. "Y como todo en la vida tiene un poco que ver con lo que uno siente, a veces el hecho de estar en un lugar de privilegio como lo es estar al frente de la selección Sub 20 con la responsabilidad que eso representa lo lleva a replantearse si es la persona adecuada para ocupar ese puesto", apuntó.
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Mascherano, que en pleno Mundial, el próximo 8 de junio cumplirá 39 años, fue entonces cuando reconoció que en un momento después del Sudamericano en el que Argentina no pasó de la primera fase de grupos llegó a pensar que su nombre "era contraproducente para los chicos". "Porque estos jugadores que tengo a cargo son chicos de 18 o 19 años que no tienen por qué cargar con ninguna mochila. Eso que me pasó en la selección fue durante mi carrera como jugador y ahora es otra cosa, porque estoy recién iniciando una como entrenador. Y ese fue un punto que quizás me hizo preguntar si mi nombre no es una carga muchas veces para ellos y eso les podía impedir que se desenvolvieran con la tranquilidad necesaria", remarcó.
"Es que cuando uno decide seguir en el fútbol después de haber sido jugador lo hace con la ilusión de realizar las cosas de la mejor manera posible y esa era mi intención dentro del fútbol juvenil. Y quiero aclarar que soy consciente de que en el fútbol profesional hay que competir, pero eso no significa que dirigir al seleccionado Sub 20 sea para mi solo un experimento", advirtió. Y en ese punto "Masche" intentó ser muy claro para justamente no dejar cabos sueltos sobre ese delgado límite entre los profesionales y los juveniles, que sin embargo para él está bien demarcado.
"En el fútbol juvenil uno es un acompañamiento para el jugador, intentando inculcarle los conocimientos necesarios como para que lleguen a primera con los conceptos claros, porque eso significará que una vez que lo consigan logren afianzarse con un menor índice de dificultad. Después, la responsabilidad de ellos será la de jugar lo mejor posible", puntualizó.
"Por eso lo que terminó inclinando la balanza para que volviera a dirigir el Sub 20 fue que la gente que estaba en el día a día me dijera que tenía que volver a estar aquí, aunque les aclaré que yo siempre creí que no hay nadie imprescindible en ningún lugar", enfatizó.
Y cabalgando sobre este punto avisó que "después de lo que pasó en el Sudamericano" se tomó "un tiempo considerable para pensar, porque creía que lo más honesto era dar un paso al costado para que viniera alguien con otras ideas, otra energía y también otro tipo de trabajo".
Con información de Télam