Una de las situaciones más extrañas de los mundiales se dio en el torneo que se disputó en España en 1982. En la goleada 4-1 de Francia a Kuwait se vivió un verdadero escándalo durante el encuentro entre ambos países. Corría el segundo tiempo y el equipo francés se encaminaba a una victoria más holgada. Sin embargo, una insólita situación ocurrió cuando el jeque Fahid Al-Ahmad Al Sabah logró que se anulara un nuevo gol para el conjunto francés luego de presionar al árbitro.
Historias mundialistas: El jeque que invento el VAR
El partido se jugó en el estadio Zorrila de Valladolid y allí Francia le ganaba 3-1 a Kuwait. Cuando transcurría el segundo tiempo, a los 35 minutos para ser exacto, el conjunto europeo llegó al cuarto gol a través de Ailan Giresse. Sin embargo, los defensores -tal cual se puede ver en las imágenes- se quedaron parados porque, según ellos, escucharon un silbato. Entonces empezaron a reclamarle al árbitro y provocaron la intervención del jeque.
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Kuwait había llegado al Mundial con mucha tranquilidad ya que había clasificado de forma "sencilla" a la Copa del Mundo luego de una eliminatoria accesible. Sin embargo, la cosa en España fue distinta y cuando empezó el problema entre los jugadores y el referí, los futbolistas del equipo asiático miraron para la tribuna porque ahí mismo estaba el jeque. La Guardia Civil lo deja pasar sin ningún problema al campo de juego, aunque había una barrera humana que lo impedía. Allí abajo, ya a la altura del campo, Fahid Al-Ahmad Al Sabah se puso a hablar con el árbitro soviético Miroslav Stupar.
Luego de un largo rato de discusiones, el jeque se retiró aplaudiendo. La situación se dio después de varios minutos en los que el árbitro estaba completamente desorientado ante los gestos del jeque. Strupar, para sorpresa de muchos, decidió anular el tanto y reanudó el juego con un pique. La situación fue inédita en la Copa del Mundo y marcó un capítulo histórico: un jeque anulando el gol porque él creía que era injusto. La Selección europea, en medio de este escándalo, se negó a abandonar el partido y finalmente convirtió el cuarto gol.
La historia del jeque, hermano del emir de Kuwait, tuvo un trágico final en la invasión de Irak a ese país. Él se quedó a defender el palacio de Dasman - no como su hermano que se escapó- y murió baleado defendiendo su territorio ante el avance iraki.