Si bien la salida de Lionel Messi y su llegada al PSG marca el fin de una era para el Barcelona, hay mucho más cosas que resolver en el Camp Nou antes de que la temporada se ponga en marcha.
Aquí, un panorama de qué puede pasar en la ciudad catalana que tuvo al crack del fútbol como principal atractivo no solamente deportivo, sino turístico, económico y hasta político.
Problemas de dinero
El Barcelona tiene una deuda bruta de más de 1.000 millones de euros (1.170 millones de dólares) y años de despilfarro le han llevado a volar demasiado cerca del sol en muchas ocasiones.
Incluso sin el argentino, su masa salarial representa el 95% de todos los ingresos, cuando en el fútbol, se considera viable y saludable tener sus salarios en relación con los ingresos en una proporción máxima del 70%.
Esto es aún más notable si se tiene en cuenta que, a pesar de la pandemia, encabezaron la Deloitte Football Money League de 2021 y son oficialmente el club de fútbol con mayores ingresos del mundo.
Eliminar la grasa
Dado que los estadios de fútbol siguen teniendo un aforo reducido en España, los ingresos de los partidos seguirán siendo relativamente bajos, lo que significa que el Barça debe reducir su masa salarial para poder inscribir a los nuevos fichajes Sergio Agüero, Memphis Depay, Emerson y Eric García.
De hecho, a sólo dos días del comienzo de la campaña de La Liga 2021-22, el Barça no ha registrado oficialmente a ninguno de sus nuevos fichajes en La Liga, lo que significa que es poco probable que alguno de ellos participe contra la Real Sociedad este fin de semana.
El cedido Yusuf Demir sí puede jugar, ya que fue fichado por el equipo reserva del Barcelona.
El Barcelona ha intentado, sin éxito, que los jugadores veteranos con grandes contratos acepten recortes salariales, lo que significa que los jugadores deben ser transferidos para poder formar un Barça de nuevo cuño.
Uno de ellos será probablemente Ilaix Moriba, de 18 años, que se encuentra en el último año de su contrato y rechaza las condiciones que le ofrece el club; una de las consecuencias de la mala gestión económica es que los jugadores ven los contratos que se han ofrecido antes y quieren paridad.
Además, con Agüero lesionado durante los tres primeros meses de la temporada, y que en gran medida fue traído al club para apaciguar a Messi, existe la posibilidad de que busquen un comprador para el delantero con el fin de eliminar su salario.
Confianza en la juventud
Aunque el futuro inmediato después de Messi puede parecer sombrío, el Barcelona tiene en Ansu Fati y Pedri a dos de los mejores jóvenes del mundo.
Debe aprovechar su talento y construir una plantilla en torno a ellos para la próxima década, como ya hizo con Messi.
Sin embargo, dado que todo el mundo es consciente de la carga financiera que soportan, la venta de uno de los dos, o de los dos, podría ser la forma más viable de salir del lío en el que se encuentran.
Otra cuestión es si los aficionados podrían tolerar tal movimiento.
Tiempo para brillar
Una de las corrientes de pensamiento que rodea al Barça es que los jugadores se sienten demasiado cómodos sabiendo que siempre tienen una tarjeta de "salida de la cárcel" en la que pueden pasar el balón a Messi, o que un momento de brillantez individual de él les sacaría de un agujero.
Sin esa red de seguridad, y sin la mera presencia del exnúmero 10, ¿podrían los jugadores de la talla de Antoine Griezmann, Ousmane Dembele, Philippe Coutinho y compañía dar por fin un paso al frente y justificar los extravagantes precios que el Barça desembolsó por ellos?
Con información de Reuters