La amistad entre Spinetta y Vilas: "¿Sos fanático mío? Vení, pasa"

En un nuevo aniversario del nacimiento del "Flaco", un repaso por su relación con el gran tenista argentino: el disco que grabaron en Estados Unidos y la admiración mutua.

23 de enero, 2022 | 00.05

Cada 23 de enero se celebra en la República Argentina el Día Nacional del Músico, en homenaje al nacimiento del gran cantante y guitarrista Luis Alberto Spinetta, que nació en esa fecha de 1950. Sus vínculos con el deporte decantan en su fanatismo por River y el tenis. Las dos cosas las reunía en Guillermo Vilas, con quien no solo compartía cuadro de fútbol sino también la pasión por la lectura y la poesía. Entablaron una amistad en la década del 70. Lo eligió para que sea el padrino de su hijo Dante y "Willy" le consiguió al "Flaco" para grabar un disco en Estados Unidos.

La relación entre las dos figuras se dio por la música. Vilas caminaba por su Mar del Plata natal cuando vio una fila de "gente rara" en la calle. Para él eran hippies que le llamaron la atención. Se sumó a la cola y entró al lugar por simple curiosidad. Tocaba Spinetta con Pescado Rabioso.

"Entra Pomo (Lorenzo), que era el batero, Machi (Rufino), David Lebón vestido de mujer y dije “a la flauta”. Empiezan a tocar y me explotó la cabeza porque no entendía nada ni de lo que hablaban: el monstruo de la laguna. Pero yo dije atrás de todo esto hay algo y me encantó", contó en una entrevista en El Diario de C5N en 2012.

Unos años después tomó valor y tocó timbre de la casa de la calle Arribeños, donde vivía Luis en el Bajo Belgrano. Allí se dio el diálogo que narra el periodista Sergio Marchi en su libro Spinetta: Ruido de Magia, de 2019.

-Hola, Luis Alberto. Soy Guillermo Vilas-

-¡Ya sé que sos Guillermo Vilas! ¿Cómo no te voy a conocer?-

-Bueno, yo soy fanático tuyo-

-¿Cómo qué sos fanático mío? Vení, pasá-

El tenista le regaló una raqueta, Luis devolvió el gesto obsequiándole una Fender. En 1977 compartieron una entrevista en el primer número de la revista El Expreso Imaginario y en 1978, en el concierto de Spinetta en Obras, el músico tocó una canción con letra de Guillermo llamada Tu destino es el de morir de amor. Además, el “Flaco” escribió el prólogo del libro de poesías que sacó Vilas en 1981 llamado Cosecha de cuatro.

Para "Willy", el "Flaco" era su Elvis, como declara en su documental de Netflix. Para Luis, Guillermo hacía música con la raqueta, como si fuera un baterista, "era John Bonham tocando al mango en un escenario. El desplazamiento físico y la fuerza que tiene lo que hace Guillermo tiene muchísimo que ver con lo que hacen los músicos de rock", lo elogió Spinetta. Alguna vez le dijo a su amigo lo paradójico de que tanto la raqueta y la guitarra tengan cuerdas y se afinen. 

"Se respetaban y admiraban, a su manera. Al principio de la relación tenían más tiempo y tuvieron un vínculo más cercano. Después Guillermo pasó a jugar internacionalmente a full y el Flaco con lo suyo. Ahí se fue distanciando la proximidad que tuvieron en los primeros años, cuando lo nombró padrino de su hijo", cuenta el ex tenista y amigo de Spinetta Modesto "Tito" Vázquez, para El Destape

Vilas quería aprovechar sus contactos y nivel de visibilidad en Estados Unidos para que Luis grabara algo en ese país. Guillermo produjo y gestionó con el sello Columbia Records el único álbum en inglés de Spinetta. Lo quería ayudar a que se introduzca en el mercado estadounidense.

El reconocido sello discográfico invirtió 100 mil dólares en el disco Only love can sustain (Solo el amor puede sostener). Participó un arreglador que había trabajado con John Lennon y Frank Zappa, Spinetta tuvo a su disposición una limusina para trasladarse y le alquilaron un departamento en las colinas de Hollywood. Pero todas las comodidades del mundo no pueden satisfacer el ala creativa de un artista.

El “Flaco” fue con un demo grabado en Argentina, del que solo le permitieron incluir un solo de guitarra de Gustavo Bazterrica, le exigieron cantar en un estilo más bajo y no solo composiciones suyas, sino también ajenas. Por ejemplo la poesía Niño de las campanas de Guillermo Vilas, que Spinetta la hizo canción.

La experiencia no salió bien. Spinetta tuvo que grabar un disco íntegramente en inglés, sin poder meter mano en la producción. Se enojó con Vilas. En ese momento llegó el tenista “Tito” Vázquez. "Lo conocí al Flaco en Nueva York una noche que mi amigo Mike Marcus, que tuvo que ver también con la participación en hacer el disco ese, salió con Guillermo y yo salí con el Flaco. No estaba en un buen momento con la grabación, en todas las expectativas que él había tenido. De golpe eran totalmente diferentes”, cuenta el ex capitán de Copa Davis para El Destape.

Vilas estaba jugando al tenis y no aparecía mucho por el estudio, la exigencia del entrenador rumano que tenía por aquel entonces, Ion Tiriac, no le permitía distracciones. Spinetta no paraba de putear y finalmente puso plata de su bolsillo para rescindir el contrato con Columbia Records, que era por cinco años.

El click fue cuando le pidieron que recitara, en vez de cantar, así podía participar Vilas del disco. “Ahí le dije Guillermo eso no fue lo que hablamos. ¿Querés que yo juegue al tenis con la zurda, que no soy zurdo? Vos querés hacer lo mío y yo lo tuyo”, le expresó su enojo el “Flaco”.

“Tito” Vázquez aporta para El Destape que “el disco no fue para nada del gusto de Luis. Él se encontró en una situación incómoda, donde el productor estaba haciendo básicamente su disco y medio que lo quería usar al Flaco en la voz, como si fuera un Gino Vanelli. El disco es básicamente más un disco del productor, que del estilo de Luis”.

Solo el amor puede sostener (1980) fue el único álbum de la carrera de Spinetta en el que no fue su productor artístico. "Guillermo supo que El Flaco no quedó conforme con el disco porque ‘no sonaba a Spinetta’ y lo consideró totalmente comprensible. Lo que vio positivo es que se cumplió su deseo de grabar allá", contó el biógrafo de Vilas, el periodista Eduardo Puppo.

Luego de la muerte de Spinetta en 2012, “Willy” dio una entrevista en Mega 98.3 contando el lujo que significó para él compartir mesas y reuniones con el “Flaco”. El emblema del tenis argentino hasta el último día actuó como aquel fan de Spinetta, que con timidez le tocó el timbre de su casa de Arribeños. "Cada vez que él hablaba, era mejor escuchar", manifestó al aire Guillermo.