Tres años habrán pasado el próximo 28 de julio en los Juegos Olímpicos de París desde que Simone Biles, gimnasta más laureada de la historia, generara un sismo en plena escena deportiva mundial. Su retiro de Tokio 2020 fue un antes y un después no solo para ella: la denuncia de presiones externas para estar a la altura de las expectativas y la necesidad de proteger su salud mental sirvió para correr el velo tapado por el negocio. Hoy, la atleta estadounidense regresa para recuperar el máximo fuego amateur que solo se trasmite en la cita olímpica.
"Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental es más importante en los deportes en este momento. Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos, y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos", había soltado minuto después de retirarse de competencia la oriunda de Columbus, en la que obtuvo una medalla de Bronce y otra de Plata, y en la que llegaba señalada como una de las estrellas.
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Desde ese 27 de julio del 2021, Biles no volvió a competir recién hasta el 2023. En el US. Classis de Chicago, Simone visiblemente renovada y con su sonrisa característica, obtuvo el primer puesto con actuación brillante: fue la mejor de todas en la viga (14,800), en suelo (14,900) y en salto (15,400). “De momento voy en la buena dirección, pero todavía tengo que trabajar en mí misma. Voy a seguir con mi terapia. Voy a ponerme en primer lugar. De alguna forma siempre supe que volvería en cuanto ocurrió lo de Tokio. Esta vez lo hago por mí, he trabajado mucho en mí misma y creo un poco más en mí. Se trata de volver y empezar a dar esos primeros pasos de nuevo”, declaró tras el torneo sobre su colapso mental en Japón.
Para dar otro paso hacia su regreso en la gimnasia artística y que su deseo de decir presente en París era real, Simone maravilló al mundo en el Core Hydration Classic de Hartford, Connecticut, en mayo de 2024: se quedó con el el primer puesto en la prueba all around, que servía para la conformación del plantel que competiría en la cita olímpica. Otra prueba de que se encontraba en su mejor versión fue su doble Yurchenko que realizó, llamado “Biles II”, marca registrada en su rutina de salto del potro.
Luego de sorprender a lo más de 10 mil presentes en el estadio, con un puntaje de de 15,600, la cuatro veces campeona olímpica volvió a dejar tranquilidad sobre sus sentimientos en la competencia: “Simplemente estaba muy feliz por estar de regreso, pasar por esos nervios nuevamente y sentir la adrenalina”.
A comienzos de julio pasado, Biles terminó de confirmar su tremenda condición. Junto a Sunisa Lee, también campeona olímpica, Jordan Chiles, Jade Carey y Hezly Rivera, Biles logró la clasificació a París en el equipo estadounidense de gimnasia artística femenina, luego de las internas disputadas en Minneapolis. Allí, la seis veces campeona mundial dominó y maravilló en salto y suelo, sus dos mejores aparatos.
Empezando con su habitual doble salto Yurchenko, Biles hizo delirar a un público que esperaba lo que finalmente la atleta le dio: una actuación impecable y repleta de magia. Con un puntaje de 117,225 en los dos días de competición, tres años después de aquel ataque de "twisties", como se define al lapsus mental que hace a los atleta perder la ubicación en el aire, Biles dejó un mensaje sobre su redención: "Sabía que no estaba acabada después de las actuaciones en Tokio. Simplemente volver al gimnasio, trabajar duro y confiar en el proceso".