Más allá de los resultados obtenidos por cada país en las diferentes disciplinas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, hubo alguien que ganó por fuera de lo ocurrido en las competencias: Simone Biles. La genial gimnasta estadounidense visibilizó un problema que los deportistas de alto rendimiento arrastran desde hace mucho tiempo pero que estuvo subestimado por muchos: los problemas de salud mental.
Por lo tanto, vale la pena repasar qué sucedió con ella y analizar con algunos especialistas en Argentina que hablaron con El Destape qué se debe hacer ante este tipo de situaciones. Allí, entran en juego los nervios, la presión excesiva por el éxito, las redes sociales y la exposición permanente en este siglo 21, provocados en gran parte por la tecnología y la exigencia mediática, esa que muchas veces exhibe el mensaje erróneo de que "el que no gana no sirve para nada y el que sale segundo es el primero de los perdedores".
La salud mental en el deporte de alto rendimiento
La bisagra que marcó Simone Biles en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
La espectacular gimnasta de apenas 24 años nacida en Estados Unidos se bajó inicialmente de la final de salto y barras "para no perjudicar al equipo" y para concentrarse en su salud mental. Allí, aseguró en la interna que sentía "demonios en la cabeza" y demasiada presión por las expectativas puestas en ella y en sus compañeras.
"Decidí que esas chicas deben entrar y hacer el resto de la competencia. Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo en lugar de salir a hacer lo que el mundo quiere que hagamos", argumentó una atleta que recibió decenas de premios, distinciones y medallas en todos los niveles por sus extraordinarias actuaciones en la previa a la cita en Japón.
Más allá de que tanto la protagonista como todo el staff médico norteamericano evaluó su situación hasta último momento, Biles tampoco participó de otras dos competiciones posteriores y desató así la conmoción que se trasladó desde Asia hacia el resto del planeta, en especial en el ámbito atlético.
Qué es la salud mental según la psicología
En términos generales, se trata del estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual y las relaciones para alcanzar un cierto bienestar y calidad de vida.
Incluye el bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en la que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos el día a día cotidiano. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones.
Silvina Beckmann, Licenciada en psicología especializada en Deporte e integrante de APDA (Asociación de Psicología del Deporte de Argentina)
En la entrevista exclusiva, se refirió a los diferentes temas vinculados con esta problemática y fue contundente con relación a la imperiosa necesidad de que se desarrolle su tratamiento cuanto antes.
La presión por el éxito
"Tanto en el deporte como en la vida nos atraviesan diferentes vivencias que, en muchos casos, necesitan un enfoque visible, un acompañamiento, un espacio para el trabajo personal, una instancia centrada un poco más en el autoconocimiento para buscar dentro de uno aquello que, a corto o mediano plazo, puede manifestarse de una manera más significativa y hacerse sentir".
Trabajar antes de que el estrés aparezca
"Desde nuestra posición, la aplicabilidad de la psicología al ámbito deportivo supone hacer énfasis en la prevención. Se trata de una mirada que está tendiente hacia la búsqueda de la salud como bienestar físico, mental y social. Se necesita que en determinados momentos le prestemos una mayor atención. El deportista, en estos tres aspectos, en muy susceptible en cuanto al manejo del estrés".
"Cuando estamos ante situaciones que ya están instaladas, ahí tenemos que trabajar sobre sanar y brindarle a la persona algunos elementos con los que no ha contado por algún motivo, por los cuales pueda salir adelante de otra manera".
"Tampoco es sorprendente que a medida que aumenta la exposición pública crece también el grado de ese estrés al que denominamos como negativo, el que impide que se pueda disfrutar de la situación de competencia para la cual el deportista se forma y entrena tantas horas, también dejando de lado muchas situaciones naturales de su vida personal".
El autocastigo y le sensación de padecimiento por competir
"Cuando se pierde esa capacidad de disfrute estamos frente a ese enemigo íntimo que muchas veces, de manera silenciosa, se va instalando. En otros casos, el deportista va dando señales y comienza a manifestar que tiene necesidades que exceden lo estrictamente deportivo y es justamente en ese sentido cuando se topa con un alto número de exigencias que no dan tregua: están obligados a cumplir y a adaptarse a los circuitos competitivos en la condición que toque".
"Una expresión que muy a menudo escuchamos nos da cuenta de que no es justamente la alta competencia un ámbito propicio para la salud. Cuando se quiebra ese equilibrio natural que altera la salud de la persona, posiblemente algo ha fallado".
"Conocemos la necesidad de brindar también a las emociones un lugar. Cuando esto no sucede, la emoción sencillamente se manifiesta. Y, dentro de muchas cosas que pueden pasar, tenemos el sufrimiento, el padecimiento emocional. Bajo esta condición, nadie está preparado para asumir altos desafíos".
El pedido para que haya personal capacitado y para que las entidades lo incorporen al día a día
"Desde APDA, donde con mucho orgullo formo parte, damos difusión, además de formar profesionales que se capacitan. Nuestra querida Asociación siempre transmite esta idea de que necesitamos que haya espacios para la psicología en las instituciones, en los clubes, en todos los lugares que tienen que ver con el deporte y con la actividad física. Hoy, frente a circunstancias como estas, se hace todo más visible".
Fabián Esteban, Licenciado en Psicología especializado en Deporte
Es integrante de SOLCPAD (Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Psicología de la Actividad física y del Deporte) y trabaja con jugadores de fútbol y de tenis. También forma parte de la cátedra de uno de los pioneros en el país como Marcelo Roffé, dictando clases en la Universidad de Palermo (UP) y en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF).
En el diálogo con este medio, tampoco dejó dudas y admitió que lo ocurrido en la cita nipona colaboró con la lucha que vienen llevando a cabo hace muchos años: "Esto que pasó en los Juegos es algo que habitualmente les pasa a los deportistas, como si ellos tuvieran que rendirle cuentas a alguien...".
"Lo que yo recomiendo es prepararse al respecto, consultar a los especialistas, prepararse mental y psicológicamente. Así como ya se naturalizaron los nutricionistas y demás, sería bueno que pasara con esto también", solicitó sinceramente.
Y concluyó con respecto a la creciente tecnología en el siglo 21 que dificulta el proceso de asimilación de un resultado deportivo: "Las redes y toda la exposición mediática ya están y hay que saber manejarlas, controlarlas. Cada uno lo lleva de una manera diferente, pero si no sabés manejarlo obviamente que te puede costar mucho. Son situaciones difíciles".
Pablo Pécora, Licenciado en Psicología especializado en Recursos Humanos, consultor y coach en procesos de aprendizaje
Pablo es psicólogo de alto rendimiento, tuvo una extensa formación no solamente en su Argentina natal, sino también en Estados Unidos y en Colombia.
La repercusión mediática por lo sucedido en Tokio 2020
"Lo que está ocurriendo es que cada uno o dos meses, cuando pasa un hecho desagradable en el mundo del deporte, los medios se vuelven a ocupar de esto, por suerte. Ahora se reaviva la importancia y la necesidad de una contención psicológica permanente de los atletas, no cuando las cosas ya están desbordadas, no cuando el conflicto ya empezó a dinamitar la autoestima del jugador. Instalaron de nuevo el tema de la salud mental. Falta que en algunos deportes el deportista se convenza leyendo lo que de alguna manera ustedes están escribiendo sobre el tema".
La expectativa que generan los competidores de alto nivel
"Es como cualquier otro proceso, que uno lo va llevando de a poco, y el psicólogo está siendo parte del trabajo de un equipo. Los jugadores y los atletas están muy expuestos, a veces representar al país es una situación de estrés potenciada. Empiezan a sentir cierto vacío existencial o se encuentran con ciertos miedos por varias razones: hay un exceso de presión por lo que se espera de ellos o algunos entienden que puede ser su último Juego Olímpico, que se van acercando al retiro, y tienen esa presión de saber que les queda poco tiempo para ganar dinero o para cumplir sus objetivos. Lo mismo que cuando se les va terminando ese período de potencialidad competitiva, que tiene que ver a veces con la edad".
El valor del tiempo disponible para tratar el tema
"Entonces, es necesario que tengan acceso a la psicología del deporte, que no solamente va a trabajar en optimizar sus habilidades mentales sino también en que puedan tener un espacio de elaboración psíquica para poder elaborar los conflictos, los miedos, el manejo de la presión. Que, a través de la palabra, puedan bajar o entender el origen de esa angustia y modificar esa sensación. Que puedan hablar abiertamente del mundo emocional y sentir la contención. Ese espacio pasa a ser determinante para que el atleta pueda hablar de lo que le pasa".
"Tiene que ver con una falla humana de no destinar el dinero o los recursos para poder generar un Departamento de Psicología aunque sea con un consultorio abierto, donde el deportista pueda ir si tiene la necesidad durante la competencia".
Ganar no es sinónimo de ser feliz
"Si no, se produce una pérdida de la identidad, de la autoestima, y el deportista muchas veces empieza un ciclo de cierta angustia. Vemos que estos deportistas son exitosos, tienen un éxito muy grande y la sociedad cree que están libres de angustia, pero la realidad es bastante distinta".
¿Qué quiere decir "presión" para un competidor?
"Hay una tensión psicológica. Si vamos al diccionario, dice que tiene que ver con algo que está a punto de romperse, y creo que justamente lo que se puede romper muchas veces es la cabeza por no administrarla bien, por no llevarla como un proceso. Es como que de golpe explotó el auto y lo llevan al mecánico pero claro, ya no funciona más, no le hicimos los controles cada diez mil kilómetros... Esto es lo que explica la psicología: pareciera que todavía el ser humano no llega a entender su importancia".
Que sea "invisible" no ayuda
"Prácticamente el 80% de los jugadores o de los entrenadores te dicen que todo tiene que ver con la parte mental, pero lo que vemos habitualmente es que se trabaja poco porque el beneficio quizás es algo que el jugador solamente siente, no es algo que se pueda marcar en segundos o con una marca física que digas ´en vez de 50 kilos levanto 60´".
El manejo de los atletas de sus redes sociales en tiempos modernos
"Es complejo porque esta generación nació con el celular en la mano, con lo cual su manejo va a tener que ver con que los técnicos sepan administrarlas: en qué tiempo sí y en qué tiempo no. Esta sociedad es de éxito, privilegia eso, por lo cual hay que entender que es una gran mentira esa frase de que ´el segundo es el primero de los perdedores´. Sos medalla de plata si salís segundo en un Juego Olímpico... Tiene que ver con la educación que les podamos brindar a nuestros atletas, con charlas pedagógicas de psicología de exjugadores, de entrenadores que estén realmente formados para poder manejar la cabeza de los atletas para que no les explote antes de tiempo".
Los deportistas y la importancia de hablar sobre la salud mental
Michael Phelps, de la gloria absoluta a la depresión
El impactante nadador estadounidense es el deportista que más medallas ganó en la historia de los Juegos Olímpicos, quebró récords de todo tipo, tuvo múltiples premios y distinciones, y es reconocido en el mundo entero. Sin embargo, nada de eso fue suficiente.
Tanto es así que, a pesar de que había anunciado su retiro con apenas 31 años luego de los JJ. OO. de Río de Janeiro (Brasil) en 2016, en enero de 2018 le confesó al planeta que estuvo al borde del suicidio. Incluso, en una carta que escribió para ESPN en 2020 describió que la cuarentena por la pandemia de coronavirus había acentuado aún más aquel sentimiento de soledad, tristeza y desolación que venía experimentado desde su adiós a las competencias.
La conmovedora carta de Michael Phelps por su depresión que sorprendió al mundo
“La cuestión es que las personas que viven con problemas de salud mental lo saben, nunca desaparece. Tienes días buenos y malos, pero nunca hay una línea de meta. Hice tantas entrevistas después de Río donde la historia fue la misma: ‘Michael Phelps habló sobre la depresión, entró en un programa de tratamiento, ganó el oro en sus últimos Juegos y ahora está mejor’. Desearía que fuera la verdad, que fuera así de fácil. Pero honestamente, y lo digo de la mejor manera posible, eso es simplemente ignorante. Alguien que no entiende con qué lidian las personas con ansiedad o depresión o trastornos de estrés postraumático no tiene idea.
Aquí está la realidad: nunca me curaré. Esto nunca desaparecerá. Es algo en lo que he tenido que aceptarlo, aprender a lidiar con eso y convertirlo en una prioridad en mi vida. Y sí, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Me vuelve loco. Estoy acostumbrado a viajar, competir, conocer gente. Esto es sólo locura. Mis emociones están por todos lados. Siempre estoy al límite, a la defensiva. Soy disparado tan fácilmente...
Hay momentos en los que me siento absolutamente inútil, donde me apago por completo, pero tengo esta ira burbujeante que está por las nubes. Si soy honesto, más de una vez grité en voz alta: ‘¡ojalá no fuera yo!’. A veces hay una sensación abrumadora de que no puedo soportarlo más. Ya no quiero ser yo.
Si pierdo un día, es un desastre. Entonces me meto en un patrón negativo de pensamiento en mi propia cabeza. Y cuando eso sucede, soy el único que puede detenerlo. Y generalmente no se detiene muy rápido. Sólo lo arrastro, casi para castigarme de alguna manera. Eso es lo que hago si cometo un error o molesto a alguien, entonces creo que siempre es mi culpa y simplemente me desanimo. Cuando eso sucede día tras día, puedes ponerte en una situación aterradora bastante rápido. Y eso ha sido esta cuarentena la mayor parte del tiempo.
No hay nada de qué esconderse, nada que temer. La lucha es sólo contra ti mismo”.
Delfina Pignatiello, víctima de las redes, de la pandemia y de la expectativa desmesurada
La nadadora argentina de sólo 21 años es una de las máximas promesas del deporte nacional: a los 15 participó de su primera competencia importante, el Mundial juvenil, y en 2016 consiguió el récord nacional en los 800 metros libre. Ese mismo año, con apenas 16 de edad, obtuvo el sexto puesto en la Copa del Mundo en Piscina Corta.
En 2017, en Estados Unidos, se proclamó bicampeona en los 800 y 1500 metros. También ganó una medalla de plata en los 400m. Por si fuese poco, obtuvo otras dos plateadas en los JJ. OO. de la Juventud 2018, en los 400 y en los 800 libre: en esa competencia dio su salto a la fama para el público y se convirtió en una de las favoritas, aunque no pudo quedarse con la dorada.
En los Panamericanos de 2019 en Lima, Perú, sí mostró toda su capacidad. Con pocas rivales estadounidenses a su alrededor, Pignatiello se quedó la de oro en los 400, 800 y 1500 libre, convirtiéndose así en la primera nadadora argentina en sumar tres preseas máximas en un certamen de ese calibre.
Sin embargo, en Tokio 2020 los resultados fueron otros: luego de no haber podido entrenar normalmente por casi un año porque los natatorios estuvieron cerrados por el COVID, finalizó octava y última en sus dos clasificaciones y "los valientes" de las redes sociales no se lo perdonaron.
Por lo tanto, la empezaron a agredir con frases como "largá las redes y entrenate más", "dejá de boludear y ponete las pilas", "¿tanto lío para salir siempre última?", "menos videítos bailando y más natación", por lo que decidió tras el evento nipón cerrar y/o restringir algunas de sus cuentas oficiales.
Por eso, ya no escribe más en Twitter, borró todo su contenido en su perfil secundario (@Soulisbw) y lo mismo hizo en su canal de YouTube, en el cual contaba con 72.500 suscriptores y más de 1.5 millón de reproducciones.
En tanto, en Twitch también eliminó sus videos y escribió en su biografía: "Ya no hago más streams. Gracias a los que me bancaron siempre". Por otro lado, en Instagram decidió cambiar por algunas horas su cuenta a "privada" y limitó los comentarios. Además, allí la cuenta alternativa quedó en blanco, sin la foto de perfil ni el contenido.
Luego de haber concretado este determinación, Pignatiello les escribió a quienes normalmente interactuaban con ella: “Perdón, de corazón. Me encantaría seguir haciendo streams y seguir con el canal de YouTube, pero estoy en una situación que me sobrepasa. Me siento muy lastimada y necesito priorizar mi salud mental y mi bienestar”.
“No sé qué pasará de acá en adelante, pero sepan que los voy a extrañar. Y muchas gracias por el aguante, me lo llevo en el corazón”, publicó la nacida en San Isidro en la aplicación Discord, además de haber dejado otros mensajes su cuenta secundaria de "Insta", en la que opinó que "la gente es muy cruel". Y completó: "Por más que la ignore, quiero cuidar mi salud mental por sobre todas las cosas”.
Santiago "Morro" García, uno de los tantos futbolistas con un final trágico
El delantero uruguayo era una de las figuras de la Liga argentina: a puro gol, carisma, sonrisas y demás, era uno de los personajes que mejor caía más allá de si los hinchas eran o no de Godoy Cruz, el equipo en el que brillaba.
Sin embargo, el 4 de febrero de 2021 se suicidó a los 30 años en su casa de Mendoza y luego salió a la luz que estaba bajo un tratamiento psiquiátrico por su depresión. Marginado del plantel "por motivos personales" y aislado por haber dado positivo de COVID, tomó esa determinación de quitarse la vida.
Así, se sumó a otros casos que hicieron mucho ruido en el pasado en el deporte más popular en nuestro país, como por ejemplo los de Mirko Saric, Luis Ibarra, Mariano Gutiérrez, Sergio Schulmeister, Fabián Madorrán (árbitro), Héctor Larroque y Alberto Vivalda.