Luciano De Cecco, el abanderado de Argentina en los Juegos Olímpicos 2024: la historia de la leyenda del vóley nacional

Luciano De Cecco jugará su cuarto y último Juego Olímpico en París 2024, en lo que será un cierre inolvidable como abanderado de la delegación nacional y su retiro de la Selección Argentina. Un talento único que rompió barreras hasta en Italia y se ganó el reconocimiento del mundo del deporte.

24 de julio, 2024 | 00.02

Habían pasado 10 años desde la última vez que Mario Martínez, exentrenador de Atlético Trebolense de Santa Fe y formador histórico, se sintió impactado. Era 2002, estaba captando talentos para Bolívar Voley en un torneo de la federación santafesina en Regatas y observó a un chico de cachetes incipientes y un ingenio prometedor. Habló con Ricardo, padre de Luciano De Cecco, para ofrecerle que su hijo dejara el básquet de Ben Hur y su sumara a un ambicioso proyecto que tenía como cabeza a Daniel Castellani. El "sí" de Luciano aceleró las dudas de su padre. Como cuando había conocido a Carolina Costagrande una década atrás, la corazonada de Martínez no falló: con De Cecco acababa de descubrir el mayor talento del deporte masculino.

Un par de días habían pasado desde que lo vio levantar la pelota y un par más cuando que se incorporó al equipo juvenil de Boívar. En uno de sus primeros partidos, contra Carmen de Areco, De Cecco volvió a captar la atención de su entrenador. Tenía 14 años, era el más chico del plantel. "Íbamos perdiendo 2 sets a 0 y, en un time out, le digo ‘Cachete, no estamos pasando por el medio, ¿por qué no aguantás un poco la pelota y después abrís para ver si podemos jugar uno contra uno en la punta?’. Me contestó que sí. Pero al regreso, en el juego, jugó todos primeros tiempos con los centrales, una y otra vez, y fueron todos puntos nuestros. Al siguiente time out, le digo ‘¿No habíamos quedado que lo íbamos a jugar con los centrales?’. Él me miró y me contestó: ‘Profe, así está andando bien. Tenga fe’. Terminamos ganando el partido 3 a 2 y, obviamente, no le pude decir absolutamente nada”.

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Un talento precoz, pero longevo a la vez. En el Mundial 2006 de Japón, cuatro años después de su nueva vida en Bolívar alejado de su familia, Luciano debutó en la Selección Argentina con 18 años y terminó siendo el armador titular, cuando al comienzo de la convocatoria tenía tres jugadores por delante. "Más allá de su lectura natural del juego, la inteligencia para aprender rápidamente mis consejos, también me sorprendió. Tuve muchos chicos y chicas, pero él era inteligente como ninguno. Tenía algo que solo tienen los talentosos", dice Martínez. Su irrupción en el primer nivel internacional en el país del sol naciente no pasó desapercibido: al año siguiente inició su camino en Italia.

A pesar de sus manos mágicas, los primeros años en las mejores competencias del mundo le valieron algunas críticas. Su notable talento se mezclaba con la lógica inexperiencia y la toma de desiciones, en un deporte quirúrgico, le jugaba en contra a su corta edad. Sin embargo, las críticas forjaron su caracter y puso su calidad en pos del equipo, lo que hizo trascender su figura y la de sus compañeros: en los últimos 10 años de torneos locales, los máximos anotadores de la competencia jugaron a su lado. Incluso, Luciano siempre terminó en el podio entre los mejores porcentajes de armadores.

Si en el equipo argentino tuvo y tiene una vigencia incomparable, su carrera en el Viejo Continente tiene más particularidades. En Italia, cada equipo cuenta con una plaza para extracomunitarios y, en el 95% de los casos, suelen dejar ese espacio para jugadores potentes, los "que cortan tickets y atraen sponsors". La excepción fue De Cecco: de los siete clubes italianos de los que formó parte, la vacante como extranjero siempre fue reservada para él. La Serie A1 es la NBA del vóley mundial, en la que el abanderado olímpico ya forma parte desde hace 15 años. 

Bruno Rezende, ganador de la medalla de Oro en Río 2016 y campeón del mundo en Italia 2010 con Brasil, es el armador que le disputa el trono del mejor armador del mundo desde hace al menos una década. La rivalidad, sin embargo, no le nubla la razón sobre su competidor. "De Cecco tiene las manos más hermosas de nuestro deporte, Anzani podrá dar mucho al bloque, Buchegger ha hecho un buen campeonato, Gutiérrez ha crecido mucho. Y Giuliani, pudiendo trabajar desde el principio, podrá hacerlo bien", declaró en abril pasado Rezende, a quien Luciano reemplazará a partir de la próxima temporada en Modena Volley, la institución más laureada a nivel títulos internacionales y con más historia del mundo.

"En la actualidad es el mejor levantador del mundo y es muy importante en el funcionamiento de nuestro equipo", expresó Marcelo Méndez, entrenador de Argentina, sobre el armador. En el exterior, Luciano ya jugó 10 Champions League y en dos de ellas fue elegido el mejor jugador de la competencia, algo inédito para un armador. "De Cecco es el mejor jugador argentino de la historia por lo que ganó y también lo que logró en el exterior. No es fácil ganar en el vóley italiano, uno de los de mayor nivel en el mundo junto a Polonia y Rusia", agregó el DT tiempo atrás. 

Con 36 años, De Cecco se prepara para disputar el quinto Juego Olímpico en París 2024. Será, además, su adiós en el seleccionado, una carrera prólifica. Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020, con la medalla de Bronce al regreso, algo que no se daba desde Seúl 1988. En este 2024, el santafesino consiguió otro hito: igualó a Javier Webber como el jugador con más temporadas en el conjunto nacional, con 18 años ininterrumpidos. Marcos Milinkovic, máximo anotador histórico de la Selección Argentina y, probablemente, mayor símbolo de la disciplina, definió sin vueltas con quien compartió equipo en Japón 2006: "Luciano es el mago de los armadores. Hay un montón de armadores que son de alto nivel, pero Luciano tiene lo que no tiene ningún otroNo hay otro armador en el mundo que tenga las manos de Luciano. Ninguno".