Está llamada a ser una de las grandes estrellas de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Con un carisma especial y, sobre todo, con una capacidad innata, Simone Biles tiene todo dado para convertirse en la estrella de la competencia asiática y ganar un lugar, aún más grande, dentro de la historia del deporte.
Con una capacidad física increíble, Biles ya demostró de lo que es capaz. Entró como un rayo en los Juegos Olímpicos de Rio en 2016, donde obtuvo cinco medallas (cuatro de oro y una de bronca) y ahora quiere dar otro salto más y convertirse en leyenda. Alejada del estilo habitual de la gimnasia, la estadounidense es una mezcla de potencia, rapidez y determinación. Con una increíble fuerza atlética demostró cuáles son sus capacidades.
Una de las ideas habituales a la hora de pensar en gimnasia es el talento, la gracia y la técnica esbelta. En ese punto, la belleza de los movimientos de Nadia Comaneci, por ejemplo, ingresan a la memoria de cualquier adicto al deporte. Esos movimientos lentos, estilizados y perfectos hicieron que la rumana conquiste el mundo en su tiempo. Sin embargo, con el paso del tiempo, el mismo deporte se modificó hacia algo con más potencia y allí entra la destreza sin igual de Simone Biles. Incluso, la propia Comaneci ha dicho: “Me hubiera encantado tener su poderío. Además, es muy divertida. Y ha conseguido romper el gran maleficio: si ganabas el Mundial no ganabas en los Juegos Olímpicos posteriores. Simone es increíble”.
El poderío de Biles se demuestra, entre otras cosas, en los increíbles logros que consiguió. Por ejemplo, fue la primera vez que una mujer completó el Yuryenko Doble Pike, que es una especie de “salto mortal” y es conocido como uno de los movimientos más difíciles de la gimnasia. La competencia de Simone Biles será en la primera semana de los Juegos Olímpicos.
Más allá de su capacidad física y su potencia, Simone Biles también tuvo una vida complicada en sus inicios. Incluso, más allá de su carrera, la gimnasta estadounidense también es reconocida por cómo se enfrentó a varios obstáculos. En su vida, por ejemplo, tuvo que vivir con sus abuelos porque sus padres tenían problemas con las adicciones: al alcohol y a la heroína.
“Una de las sobrevivientes”
La gimnasta estadounidense pasó un lamentable suceso en su vida. En 2018 se conoció, a través de varias denuncias de compañeras de equipo de Estados Unidos, el caso del abusador Larry Nassar, el médico del equipo olímpico de gimnasia estadounidense que fue el abusador de ciento de chicas que competían y que fueron parte del equipo olímpico.
Nassar fue denunciado por más de 150 atletas y, justamente, Biles fue una de ellas. En total fueron 156 las mujeres que aseguraron haber sido víctimas del doctor cuando eran niñas. El abuso se daba en medio de sesiones de masajes o, incluso, en revisaciones médicas. Se estima que Nassar abusó en total de 300 chicas, aunque muchas de ellas no entraron en ese juicio. Una de ellas, que contó la situación después, fue Simone Biles.
En una entrevista, la estrella estadounidense reveló: “Recuerdo que me derrumbé y llamé a mi mamá”. Después de lo ocurrido y del juicio, Simone Biles tuvo una pequeña etapa en la que sufrió las secuelas que dejó el shock. “Dormía todo el tiempo, porque dormir era básicamente mejor que enfrentar el tema”, dijo.
Fue Netflix quien estrenó Atleta A, un documental en el que se muestra como fue la investigación y se cuentan algunos detalles más sobre los ataques. El caso de Larry Nassar fue considerado como uno de los peores crímenes de abuso sexual dentro del deporte, principalmente, porque tuvo a más de 300 chicas como víctimas.