Imane Khelif ganó su pelea en los Juegos Olímpicos: de las fake news a ir por la medalla de oro

El escándalo alrededor de Imane Khelif desencadenó en un sinfín de críticas, especulaciones y comentarios desafortunados de infinidad de usuarios en las redes sociales. Hasta Javier Milei, el presidente de la nación, se animó a opinar de esta cuestión con un total desprecio por la situación. Pero lejos de esto, hay una sola realidad y es que la boxeadora argelina –porque ya no quedan dudas que es mujer- es boxísticamente hablando una de las grandes protagonistas de los Juegos Olímpicos de París 2024. Su victoria ante Ángela Carini quedará marcada para la historia por la trascendencia que tuvo, pero hay mucho más que eso detrás. Hoy venció a Suwannapheng y alcanzó la final de los Juegos Olímpicos donde irá por la medalla de oro. 

La realidad es que la europea –autoridad policiaca de profesión además de deportista- se vio obligada a colgar los guantes horas después de sus declaraciones sobre este combate. Su imagen llorando recorrió el mundo al igual que su declaración acerca del dolor que sintió por los golpes recibidos, pero no fue la única noticia en torno a ella. La IBA (Asociación Internacional de Boxeo) –ex AIBA- es la entidad que anteriormente organizaba los torneos de boxeo en los JJOO –hoy a cargo del COI- le entregará un monto económico similar al que reciben los medallistas de oro de las competencias.

Está claro que hay un trasfondo entre ambas entidades luego de que la mencionada IBA quede desafectada de los Juegos por cuestiones de corrupción en arbitrajes, jueces y autoridades que hasta llegaron a poner en peligro la presencia de la disciplina en Londres 2028. Llegamos a esta conclusión porque, casualmente, fue la Asociación Internacional de Boxeo la que le prohibió a Imane Khelif competir en el Mundial disputado el año pasado, pero el COI –con pruebas de género ilegítimas y carentes de credibilidad, según informaron- la habilitó a pelear en París.

Pero también es importante destacar que la argelina no es la única que está metida en esta polémica que lejos está de lo que pasa arriba del ring. Su colega taiwanesa Lin Yu-ting padece la misma condición y también ganó sus respectivos combates en las primeras rondas, pero no recibió tantos cuestionamientos como la nacida en Argelia. Al margen de que pueden reinar otros intereses en los más críticos de este tema, la verdad se ve arriba del cuadrilátero y los golpes mandan. Al fin y al cabo es un deporte de contacto y siempre –o casi siempre- habrá un deportista con más fuerza que el otro que pueda sacar cierta ventaja de su rival por su potencia.

Hoy Khelif –y Yu-ting también- están en la polémica por cosas que les son completamente ajenas mientras mantienen vivo su sueño de ganar la medalla de oro contra viento y marea. Infinidad de personas las trataron de trans cuando no los son, recibieron insultos por cumplir sus sueños de pelear en un Juego Olímpico y hasta fueron cuestionadas por sus condiciones. Sin embargo, con algo más que pasión en los puños, ambas siguen adelante y pelean no sólo contra las rivales que tienen enfrente sino también con quienes no pueden verlas en el ring por cuestiones completamente ajenas al deporte.