José "Maligno" Torres tiene la mitad de su cuerpo de titanio, una sinusitis mal curada y traumatismos repentinos, pero nada de eso lo frena de cumplir el sueño que mantiene desde los catorce años: ser parte de los Juegos Olímpicos representando a Argentina como rider en el ciclismo BMX freestyle. En Paris, ahora, ganó la medalla de oro.
Llegar a esta máxima competición no fue fácil, pero hoy es reconocido como el más destacado de Argentina y América: en el 2023, se coronó en los prestigiosos X Games de los Estados Unidos, donde consiguió la medalla de oro al igual que en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile. Este año volvió a repetir una gran actuación en los X Games, y terminó en tercer lugar. Gracias a su pasión y destreza en este deporte extremo tuvo la tan ansiada cita en La Place de la Concorde -la plaza pública más grande de París- para lograr la primera clasificación de un argentino de BMX en la meca deportiva por excelencia y un posterior podio. Pero se quedó con más.
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El BMX es una disciplina del ciclismo que se practica con bicicletas cross con ruedas de 20 pulgadas de diámetro y abarca dos modalidades: carrera, cuyo objetivo es completar el recorrido en el menor tiempo posible, y estilo libre, cuya finalidad es realizar acrobacias. Pablo Biffarella, su entrenador físico, sostiene que el entrenamiento es similar al de cualquier otra persona pero con el foco puesto en generar los medios para alcanzar los objetivos propuestos: “Yo busco cubrir las necesidades del atleta en función de su deporte”, explica.
Tenía 14 años Torres cuando vio bicis saltando por primera vez. Fue de casualidad, en el Parque de las Naciones en Urca, Córdoba, a pocas cuadras de su casa. “Estábamos con Francisco, mi hermano mellizo, pateando la pelota ahí -porque los clubes de fútbol estaban de vacaciones- y a lo lejos vimos que había muchos chicos saltando en bici y en skate. Nos acercamos y cuando uno hizo una prueba girando de cabeza, que se llama flair, nos generó una gran atracción y adrenalina. También mucha intriga. Entonces pedimos prestada la bicicleta y ahí empezó todo”, cuenta Maligno a El Destape. El apodo, que disfruta tener como sobrenombre, se lo ganó por la malicia que tiene para hacer bromas y por “la forma agresiva de montar la bicicleta”, aclara.
Torres nació hace 29 años en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde sus padres argentinos trabajaban. Sin embargo, a los 10 años se mudaron a la ciudad de Córdoba, donde conoció este tipo de ciclismo por primera vez. Faltaban unos años todavía para que conozca a Biffarella, su entrenador físico, también de casualidad: “A José le pasó lo que le pasa a toda persona que va a un gimnasio. No encontró esa atención personalizada, sino más bien un trabajo en masa. Entonces un día se hizo presente en mi gimnasio -yo sin conocerlo- con una lesión del ligamento cruzado posterior, que no es normal. Lo ayudé con la rehabilitación, y por suerte salió rápido. Pero vio que, al lado de otros lugares, yo le daba bolilla y mucha dedicación”, dijo el hombre, quien a partir de ese entonces se sumó al equipo de trabajo de José Torres.
Para conseguir el podio y las medallas, los riders tienen que realizar una performance de excelencia en el lapso de un minuto; en otras palabras, hacer un trabajo en la máxima velocidad, con la mayor dificultad y abarcando gran parte del parque. “En los entrenamientos tenemos picos donde intentamos superar el umbral de tiempo para que en la competencia José se sienta más seguro”, aseveró el preparador físico.
Sin embargo, la tarea que tiene Pablo Biffarella no es fácil ya que José tiene la mitad de su cuerpo de titanio, una sinusitis mal curada y varios traumatismos. “Cuando el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo me pidió una planificación, yo les dije que la planificación era la flexibilidad personalizada. Nosotros no podemos hacer cualquier cosa, estamos sujetos a la rehabilitación de forma paralela al entrenamiento”, destacó. El BMX freestyle es uno de los deportes más riesgosos que pueden dejarte afuera de un momento a otro. “El año pasado Maligno sufrió una lesión a nivel lumbar y estaba por dejar la disciplina por los dolores que tenía”, comentó su preparador físico, quien se puso la carrera del joven al hombro. Biffarella le consiguió un turno de urgencia para hacer una resonancia y un kinesiólogo para ayudar en la rehabilitación. “Le mostré que en mi cuerpo tengo la misma lesión y que puedo hacer un montón de cosas. Que es cuestión de intentarlo”. Fue así como Maligno volvió a las pistas, logrando su lugar en las distintas competiciones que se dan alrededor del mundo.
Medalla dorada en los Simple Session 2018 -competencia internacional en Estonia-, en los Odesur 2022 y en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023. Pero el mayor reconocimiento lo logró en julio de 2023, cuando se encumbró como el primer argentino en obtener la medalla de oro en BMX en los X Games. Para Torres, participar en los Juegos Olímpicos es la culminación de años de arduo trabajo y sacrificio. Su preparación ha sido rigurosa, trabajando incansablemente en su técnica y acondicionamiento físico para asegurar su llegada a los duelos en las mejores condiciones posibles.
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Llegar a esta instancia representó un gran sacrificio y una voluntad inquebrantable. Las condiciones estructurales y económicas no fueron las mismas para Maligno que para los demás contrincantes de esta disciplina. A nivel internacional los riders de BMX cuentan con gran sponsorización, y con variedad de parques -tanto abiertos como cerrados- para practicar el deporte. En Argentina, en cambio, los riders de BMX freestyle no cuentan ni con federación. En el caso de José, él entrena en la pista destechada que forma parte del Polo Deportivo Kempes, ubicado en Córdoba. Llueva o truene, es el único lugar en el que el joven de 29 años puede hacer las pasadas. “Los del exterior están más acostumbrados a probar el truco por primera vez saltando a goma espuma, donde no te lesionás. Después pasan a una rampa que tiene un colchón y arriba un plástico para amortiguar el golpe. Luego pasan a la madera y, recién a lo último, al cemento. Entonces, hay un proceso grande en el que evitás el riesgo de las lesiones. Nosotros vamos al cemento directo”, explicó Maligno.
A pesar de estas desventajas, Biffarella vio en Maligno Torres mucha proyección. “A pesar de no estar en igualdad de condiciones que el resto de los competidores, él logró estar a la par a nivel deportivo. Y eso lo termina destacando como alguien distinto. José en el BMX es un autodidacta y un estratega monstruoso. Él ve a los mejores de su categoría y apunta a superarlos”. Así como el cordobés se monta en su bici, es también cómo se maneja en la vida. Es una persona independiente, arriesgada y confiada. Gestiona sus redes sociales, lee atentamente los comentarios y hace hincapié en aquellas cosas positivas.
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“Él confía en su círculo íntimo, nos tiene como sus mejores amigos. Yo lo aconsejo en todo sentido. Trato de transferir toda mi experiencia para que él tenga los menores errores posibles”, resaltó el preparador físico, quien desde su lugar también es consciente de que se puede equivocar pero cree importante estar. “Cuando vos estas, podes escuchar las necesidades del otro, y le podes dar soluciones. Si no estás, nada funciona”. Pablo, luego de muchos años, decidió dejar su vida en segundo plano para ayudar al resto, entre ellos, a José Torres. Hoy dedica su vida a entrenar físicamente a deportistas para que lleguen óptimos a las competencias. Los aconseja con la alimentación como también en cuestiones emocionales.
Pablo no pudo viajar a París porque el Comité Olímpico limitó el cupo de las delegaciones. A pesar de ello, está presente en todo momento y confía en que el recorrido que hizo el equipo puede plasmarse en buenos resultados. Así y todo, el hecho de que un argentino esté participando en la disciplina de BMX freestyle ya es un hito histórico para el país, y hay que festejarlo a lo grande.