Francia se ha sacudido la maldición de los defensores del título en el Mundial al clasificar para los octavos de final a falta de un partido para el cierre de la fase de grupos, y eso se debe en gran medida a que Antoine Griezmann ha recuperado su mejor nivel.
Griezmann ha jugado como centrocampista ofensivo más que como delantero puro, haciendo brillantemente de enlace entre los centrocampistas Aurelien Tchouameni y Adrien Rabiot y el trío de ataque formado por Ousmane Dembélé, Olivier Giroud y Kylian Mbappé.
"Cubre mucho espacio, tiene la capacidad de defender y de hacer jugar a los demás. Es el Antoine que conocemos, el Antoine que está en forma", dijo el central Raphael Varane a la prensa después de que Francia superara 2-1 a Dinamarca para meterse en octavos con seis goles a favor y dos en contra en dos partidos.
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Griezmann asistió a Mbappé a los 86 minutos en la jugada que definió el partido, pero el atacante del Atlético de Madrid hizo mucho más que eso, acompañando a Olivier Giroud, tirándose a las bandas y creando juego para sus compañeros.
Al igual que Dembélé, Griezmann jugó de forma desinteresada, dejando el protagonismo a Mbappé.
"Probablemente le pido cosas diferentes", dijo el entrenador Didier Deschamps. "Es muy generoso. Le gusta construir jugadas. Marcará menos goles, porque hay otros jugadores en la delantera, pero es muy útil, inteligente. Proporciona equilibrio al equipo".
Griezmann también está contento con su papel.
"Estoy orgulloso de mí mismo, sí, pero también de todo el equipo. Las estadísticas son una cosa, pero todo el mundo ha hecho un esfuerzo increíble", señaló.
Francia jugará el miércoles contra Túnez en su último partido del Grupo D.
Con información de Reuters
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