En la previa del trascendental duelo frente a Inter en Porto Alegre por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de América, el entrenador de Boca, Miguel Ángel Russo, fue tajante para referirse a la situación de Guillermo "Pol" Fernández, una de las piezas claves de su estructura, sobre quien dijo que "no es jugador" del club".
"La decisión ya está tomada. No hay marcha atrás hoy. Las negociaciones empiezan y se terminan", esgrimió el entrenador en la conferencia de prensa que dio en el mediodía de este lunes en Casa Amarilla antes del viaje del plantel a Brasil.
El volante de 29 años llegó en enero pasado a préstamo de Cruz Azul de México, con un cargo de 7 millones de dólares para su compra, y tenía acordado -como dice el comunicado que emitió el club hace algunos días- tres años más si Boca hacía uso de la opción.
"Boca Juniors informa en relación al jugador Guillermo Fernández que, si bien el club tenía acordada con el Cruz Azul de México una opción de compra que vence el 31 de diciembre, en los últimos días el jugador comunicó que no quería continuar en la institución", había expresado la dirigencia del Xeneize a través de un comunicado en sus redes sociales.
Sin embargo, tras esto, y teniendo en cuenta sobre todo la importancia del ex Godoy Cruz en el funcionamiento actual del "Xeneize", se especuló con que su continuidad aún era posible, algo que finalmente terminó descartando el propio Russo en su conferencia.
Pero en el momento que Boca arregló un nuevo préstamo con el Cruz Azul, el jugador y su padre -quien es su representante- observaron que el contrato de tres años ya no tenía validez, y que habría que acordar uno nuevo, con otros valores en lo económico.
Según afirman, el jugador tendría una oferta importante de un club español (Celta, de Vigo, que tiene como nuevo entrenador al argentino Eduardo Coudet, que cuenta con el mismo representante que Fernández, Cristian Bragarnik), que ya habría contactado a la entidad mexicana.
Cabe recordar que cuando Boca arregló un nuevo préstamo con el Cruz Azul fue cedido a préstamo Ivan Marcone al Elche de España, con la obligación de compra de 7 millones de dólares. Con ese dinero, Boca pretendía abonar el pase de "Pol" Fernández.
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