Una de las primeras decisión que tomó el flamante entrenador del Barcelona, Ronald Koeman, generó mucho ruido: el holandés llamó por teléfono al uruguayo Luis Suárez para comunicarle que no iba a ser tenido en cuenta en su nuevo proyecto, por lo que rápidamente comenzaron a surgir rumores sobre el posible destino del delantero.
Lo cierto es que, desde el lunes, cuando el conjunto culé regresó a las prácticas, Suárez se hizo presente en la Ciudad Deportiva y entrena como uno más del grupo y, mientras en el club todas las miradas estaban puestas en la continuidad de Lionel Messi, ahora la atención viró hacia el lado del uruguayo, que además se muestra muy activo en las redes sociales.
Todas las informaciones dan cuenta de un casi seguro pase a la Juventus de Italia, aunque a falta de confirmación y palabras oficiales, Suárez decidió una vez más "hablar" en las redes sociales. Junto a una foto suya entrenando en el Barcelona, escribió: "Mientras salen fake news, yo...", lo que hace suponer que su atención está puesta en seguir entrenando con el Barcelona, sobre todo luego de la noticia que confirmó que Messi seguirá en el club.
La ida de Suárez al fútbol italiano comenzó luego de la decisión de Koeman, que le comunicó que no sería tenido en cuenta por medio de una llamada telefónica. El gesto cayó mal en el círculo del uruguayo, que padeció diversas lesiones en la temporada y entendió el desaire y las formas como "una falta de respeto".
La razón de ese sentimiento se basó en su recorrido con la camiseta de Barcelona, donde jugó 283 partidos, convirtió 198 tantos, repartió 97 asistencias y consiguió 13 títulos. Al día de hoy es el tercer goleador histórico del club, sólo superado por César Rodríguez (232) y Messi (704).
Suárez es uno de los principales socios del argentino, dentro y fuera de la cancha, pero en la última temporada bajó su nivel y terminó con 16 goles en la liga española y cinco en la Champions League.