Marruecos llegará el martes a los octavos de final de la Copa Mundial contra España como un rival de segunda categoría, pero está dispuesto a disputar otra "final" para desestabilizar a los campeones de 2010, 36 años después de su última aparición en esta fase del torneo.
El equipo magrebí pasó como primero de grupo tras vencer a Canadá y Bélgica, y empatar con Croacia, alcanzando los octavos de final por primera vez desde que perdiera por 1-0 ante Alemania Occidental en 1986.
"Va a ser un partido muy difícil contra uno de los mejores equipos del mundo, que está entre los principales favoritos", declaró el lunes en rueda de prensa el seleccionador Walid Regragui.
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"Sin embargo, tenemos nuestras propias cualidades, y hemos tenido un día más de recuperación. Si somos capaces de eliminarlos, será una gran sorpresa".
"Les dije a los jugadores, antes del Mundial, que aquí solo jugamos finales. Hemos jugado tres finales en la fase de grupos y ahora es nuestra cuarta final".
España y Marruecos empataron 2-2 en la fase de grupos de 2018, pero Regragui insistió en que ese partido quedó atrás para ambas selecciones y que su equipo deberá estar totalmente concentrado porque los detalles marcarán la diferencia.
"Me encantó nuestra segunda parte contra Canadá, en la que nos ceñimos a nuestro plan y estuvimos muy concentrados. Contra España, tendremos que jugar todo el partido así", dijo.
Otro factor para Marruecos será lidiar con el aspecto emocional del enfrentamiento en el estadio Ciudad de la Educación.
"No hemos estado a ese nivel desde hace 36 años, así que yo y mi equipo tendremos que gestionar las emociones de los jugadores", dijo Regragui, cuyo equipo solo ha recibido un gol en seis partidos desde que se hizo cargo del equipo el pasado mes de septiembre.
"Es el partido más importante de nuestra historia, pero espero que el más importante sea el siguiente (en cuartos de final). Nuestros veteranos no pueden repetir su partido contra Alemania Occidental, mientras que el de España está por delante".
"Les diré a los jugadores que se diviertan, ya que millones de personas en Marruecos estarán mirando. Tenemos que aceptar que España tendrá la posesión. Tenemos nuestros puntos fuertes, le dimos la posesión a Bélgica y Croacia y funcionó bien. Nuestro plan es que no sepan qué hacer con el balón".
Con información de Reuters
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