La sorprendente historia del Sheriff Tiraspol: el club fundado por ex-KGB en un país que no existe que enfrentará al Real Madrid en la Champions League

El Sheriff Tiraspol jugará su primera Champions League. Detrás, una particular historia que involucra a la URSS, dos exagentes de la KGB y un país que "no existe".

01 de septiembre, 2021 | 17.08

El Sheriff Tiraspol se convertirá en el primer equipo de la liga de Moldavia en jugar la fase de grupos de la Champions League y enfrentará al Real Madrid y el Inter. Sin embargo, el dominador total del fútbol moldavo no pertenece a ese país sino a Transnistria, una nación que en los papeles que rigen la división del mundo no es reconocida como tal. El equipo del país que no existe, comandado por una corporación de ex-KGB, con financiación de Rusia.

El próximo 3 de noviembre Lautaro Martínez y el resto de los jugadores del Inter de Milán (Y días después el Real Madrid) se adentrarán en un territorio que aún resguarda fragmentos de lo que fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) entre Moldavia y la frontera con Ucrania, pero que a la vez no existe. Transnistria tiene moneda propia, bandera, ejército y gobierno, sin embargo, no es reconocido por el resto de las naciones de la ONU como un país independiente.

Incluso hasta tiene su propia aduana y oficina de Migraciones. "En el medio del país para pasar de un lado al otro hay una frontera. Yo, con pasaporte europeo, podía entrar tranquilamente a la parte Moldava y Rumania, pero necesitaba como una visa para ir a Transnitria. No era tan fácil, necesitabas un permiso especial para poder entrar. De cada lado tenían su sentido de pertenencia. Mucho no se querían, pero se respetaban. Fue una muy linda experiencia", cuenta en una charla con El Destape Nicolás Demaldé, exfutbolista argentino que visitó la camiseta del Sheriff y jugó en Temperley, Atlético Rafaela y Aldosivi, entre otros equipos.

Sheriff Tiraspol jugará por primera vez la fase de grupos de la Champions League

Y define: "Era una ciudad típica de la ex-Unión Soviética, la gente, normal, no es que no te saludan pero era fría porque primero que no te conocían bien y al fútbol tampoco le daban importancia y  no son como nosotros, que somos más cálidos, más de charlar. Pero la vida era tranquila; shopping, Mc Donald's, lo que sea estaban de la parte rumana, a las 22 se apagaban las todas las luces y por ahí la única prendida era la nuestra. Yo casi siempre estaba en el club y por ahí a la experiencia de vida la tuvieron mi esposa y mi nena"

Nacida de la disgregación soviética tras la disolución de la URSS, Transnitria se constituyó como una región pro-rusa (y estrechamente financiada por Moscú), aunque en lo formal pertenece a Moldavia, una situación que el Sheriff Tiraspol y otros equipos de la región aprovechan para competir dentro de los marcos de la UEFA. Fundado en 1997, el club tuvo un ascenso meteórico en el fútbol moldavo sobre las bases del Tiras Tiraspol y a caballo de de Sheriff, una empresa de seguridad iniciada por dos exagentes de la KGB (Viktor Gushan e Ilya Kazmaly), que se transformó en un pulpo gigante de los negocios y hoy controla desde la distribución del gas ruso en la región y las telecomunicaciones hasta un canal de televisión y la licencia exclusiva de Mercedes-Benz en la región.

"El Sheriff debe ser muy importante para para la región, para lo que era la parte de Transnitria. Era imponente en la ciudad: una ciudad humilde con muchos edificios en ruinas, pero se veían imponentes los estadios, las tres canchas, seis canchas auxiliares para entrenar, gimnasio, hotel con habitaciones para cada jugador, era impresionante", recuerda Demaldé sobre su paso por el club durante 2007. Y dimensiona la importancia de Sheriff: "Creo que le habrá dado mucho trabajo a la gente de la zona y con esto de clasificar a la Champions también. Los partidos de pre Champions que jugamos la cancha se llenaba, en los partidos normales van 500 hinchas nada más, va a ser una experiencia inolvidable para ellos".

Lo gana (casi) todo desde el inicio del nuevo milenio: 19 títulos liga de los últimos 21 (10 consecutivas entre 2001 y 2010), 10 Copas de Moldavia, siete Supercopas locales y 2 copas de la CIS (que se disputan entre equipos de las exrepúblicas soviéticas). Su mayor orgullo puede ser también el mal principal del fútbol moldavo: el bajo nivel de la liga, sumado a la falta de sorpresas gracias al poderío de este equipo hacen muy poco atractiva la liga. Su domino es tan absoluto que su clásico rival, el Zimbru Chisinau de la capital moldava, y entidad más importante del país, no volvió a ganar un título desde el primero del Sheriff. Si bien los conflictos bélicos con Moldavia quedaron atrás, aún se pueden ver pancartas por la independencia de Transnistria cuando el equipo enfrenta a sus pares no transnistrios.

El Sheriff y el sueño de la Champions League

No obstante, el logro más grande del Sheriff Tiraspol es el que se concretará en septiembre, cuando empiece la parte fuerte de la Champions. Tras varios intentos en las fases previas, dejó en el camino a equipos con una historia más robusta, como el Dinamo Zagreb de Croacia y el alguna vez campeón europeo Estrella Roja de Belgrado. Ahora, buscará dar un batacazo en el Giuseppe Meazza o en el Santiago Bernabéu. 

La apuesta del Sheriff por alcanzar la Champions lleva años y un proyecto detrás: Fuerte inversión en infraestructura y detección de talentos jóvenes en Latinoamérica y las zonas cercanas a Transnistria para luego tener capacidad de reventa. "Un equipo bárbaro. De todos los que estuve en tema infraestructura fue el mejor. Tenía todo lo que necesitabas. Por eso clasificó ahora también. Después de tantos años de invertir y de buscar jugadores por todo el mundo, armaron un gran equipo", destaca Demaldé.

Y remarca: "Siempre apuntaban a clasificar a la Champions y siempre han contratado jugadores jóvenes. Yo en ese momento tenía 23 años y la idea era buscar jugadores jóvenes de Sudamérica, de ahí de la zona: de Moldavia, de Ucrania, Rumania, de Bielorrusia. Pero siempre jugadores jóvenes como para poder revenderlos después"

Su carta más fuerte es el colombiano Frank Castañeda. Capitán y goleador del equipo, marcó 33 goles en la pasada temporada y se metió en el top 50 de los delanteros más goleadores que confecciona cada año la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS). En el plantel conviven nacionalidades de las más diversas: colombianos, peruanos, brasileños, eslovenos, griegos y hasta representantes de Emiratos Árabes Unidos, Malaui y Luxemburgo.

El estadio del Sheriff Tiraspol

Sheriff Tiraspol vs. Shakhtar Donetsk

El otro integrante del fuerte grupo donde el sorteo envió al Sheriff es el Shakhtar Donetsk, que arrasa en el fútbol ucraniano desde hace más de una década y ostenta la última Copa de la UEFA disputada antes de la transformación en la UEFA Europa League. Sin embargo, el partido con sus vecinos de Tansnistria debería estar prohibido.

¿Por qué? Como explica Nahuel Lanzón , creador de AlterFútbol junto con Federico Lamas, la UEFA suele suspender partidos entre representantes de naciones en conflicto, como es el caso de Armenia y Azerbaiyán o de Rusia y Ucrania. Desde el estallido de la crisis de Crimea en 2014, ambos países mantienen conflictos tanto allí como en Donbás (de donde es oriundo en el Shakhtar), regiones controladas por los ucranianos pro-rusos.

"Si bien el Sheriff es de Moldavia... técnicamente es un equipo vinculado a Rusia. No debería poder enfrentarse con el Shakhtar", explicó en un hilo detallado. Sin embargo, existe una "vuelta de tuerca" para la UEFA: si bien rusos y ucranianos están en guerra, el Shakhtar pertenece a la región pro-rusa Donetsk (aunque hace años que no puede jugar allí por los enfrentamientos armados) y el Sheriff es, en los papeles, un equipo de Moldavia y pro-ruso.

Así, el equipo del país que no existe pero juega en Moldavia se enfrentará al equipo que compite en Ucrania, aunque en su territorio claman por otra nación. En el medio de todo, Rusia y las influencias de una URSS que sigue presente a 30 años de su disolución.