El camino de Croacia hasta las semifinales por segundo Mundial consecutivo ha sido extraordinario para la pequeña nación balcánica, y ni siquiera la derrota por 3-0 del martes ante Argentina ensombrece sus logros en el mayor escenario futbolístico del mundo.
Llegar a semifinales en Rusia y Qatar era apenas concebible hace seis años. Croacia era un equipo sumido en el caos, sus aficionados se pelearon entre sí en la Eurocopa 2016 y los dirigentes de la Asociación Croata de Fútbol se enfrentaban a acusaciones de corrupción.
El nombramiento como seleccionador de Ante Cacic, un antiguo técnico de televisión, no hizo sino avivar las llamas del descontento.
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La selección croata llegó a Qatar como subcampeona de 2018, con un equipo envejecido, liderado por Luka Modric, de 37 años, y con Zlatko Dalic al timón, que sustituyó a Cacic antes del torneo de 2018.
Los croatas superaron su grupo con una victoria sobre Canadá y empates contra Bélgica y la sorprendente semifinalista Marruecos, encajando un solo gol por el camino, para demostrar que vuelven a ser una fuerza a tener en cuenta.
Ya no es el equipo explosivo en ataque de 2018 que sorprendió a Inglaterra en semifinales antes de caer ante Francia en la final. Croacia ha madurado hasta convertirse en una máquina bien engrasada en la que cada jugador sabe lo que tiene que hacer para conseguir el resultado.
Su centro del campo, formado por Mateo Kovacic, Marcelo Brozovic y Modric, pareció tan sólido que su compañero Josip Juranovic dijo que es "más seguro que tener dinero en el banco", mientras que el defensa de 20 años Josko Gvardiol manejó los hilos en la retaguardia.
Croacia superó a Japón en la tanda de penales de octavos de final, antes de dar una de las campanadas del torneo al eliminar por la misma vía a Brasil, pentacampeona.
En otra demostración de fortaleza mental, Croacia había encajado un gol en la prórroga, obra del brasileño Neymar, pero se las arregló para salir del apuro marcando el empate en el minuto 117 por mediación de Bruno Petkovic.
Antes de la derrota por 3-0 del martes ante la Argentina de Lionel Messi, Croacia había tenido que recurrir a los penales o a la prórroga en cinco de los seis partidos eliminatorios de los Mundiales de 2018 y 2022.
Ganó sus cuatro tandas de penales.
"No tengo nada que reprochar a los chicos, ahora tenemos que levantar la cabeza y prepararnos para el partido (por el tercer puesto) que nos espera", dijo Dalic
"Si alguien nos hubiera ofrecido esto antes del torneo, lo habríamos aceptado. Estamos muy orgullosos".
Pocos cuestionarán el compromiso de Croacia en el partido que decidirá el tercer puesto en Qatar. Su rival se conocerá después de que Francia, defensora del título, se enfrente este miércoles a Marruecos en la otra semifinal.
Con información de Reuters