El gobierno italiano aprobó un nuevo protocolo deportivo que establece directrices más claras sobre cuándo debe aplazarse un partido de fútbol por motivos relacionados con el COVID-19.
Los organismos deportivos, sanitarios y gubernamentales acordaron que los partidos deberán disputarse a menos que el 35% o más de los jugadores de una plantilla hayan dado positivo por el virus.
Los jugadores que den positivo deberán aislarse, mientras que sus contactos cercanos no tendrán que hacerlo, pero deberán someterse a pruebas continuas durante cinco días, llevar una mascarilla FFP2 fuera de la cancha y registrar un resultado negativo cuatro horas antes de un partido.
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Italia ha enfrentado un aumento de infecciones por COVID-19 en las últimas semanas, alcanzando un máximo de más de 228.000 casos diarios el 18 de enero.
El aforo de los estadios se redujo a un máximo de 5.000 personas en las dos últimas jornadas de la Serie A en enero, en un intento por detener la propagación del virus. Se espera que las nuevas medidas relativas al aplazamiento de los partidos impidan una mayor confusión, tras un comienzo de año caótico.
El 7 de enero se suspendieron cuatro partidos de la Serie A, luego de que se presentó sólo un equipo a cada uno de ellos, debido a las instrucciones contradictorias de las autoridades deportivas y sanitarias. El organismo de la liga se ciñó al protocolo original, negándose a aplazar los partidos en los que los equipos tuvieran al menos 13 jugadores disponibles, incluido un arquero.
Sin embargo, cuatro equipos -Bolonia, Torino, Salernitana y Udinese- recibieron la prohibición de viajar por parte de sus autoridades sanitarias locales debido a brotes de COVID-19.
Por ello, sus respectivos rivales -Inter de Milán, Atalanta, Venezia y Fiorentina- se presentaron en el estadio, alinearon un equipo y esperaron hasta el descanso para que el partido se suspendiera oficialmente.
Con información de Reuters
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