Este miércoles, desde las 21.30, San Pablo visitará a River en el Libertadores de América por la Copa Libertadores. Y en la delegación brasileña, por supuesto, se destacó la presencia de Dani Alves. El conjunto paulista se entrenó en el centro de alto rendimiento de Ezeiza y desde la dirigencia del Xeneize, conociendo el fanatismo del lateral por el club, aprovechó para hacerle un regalo especial.
Recordemos que, en varias ocasiones, se mostró en redes sociales viendo a Boca y también se enloqueció cuando conoció la Bombonera. Por eso, desde el Consejo de Fútbol decidieron regalarle dos camisetas: la titular, azul y oro y la nueva camiseta amarilla, en honor a los 80 años del mítico estadio. Ambos, con la 10 y su nombre en la espalda.
Hasta ahí, todo normal y perfecto. La sonrisa de Dani Alves, casi que no entraba en su cara. Pero las fotos dieron que hablar. ¿Qué pasó? En primer lugar, Raúl Cascini y Marcelo Delgado se fotografiaron sin barbijo junto al jugador. Luego, tras la llegada de Alejandro González, vocal de la Comisión Directiva a cargo de Relaciones Institucionales, esto cambió.
Pero, más allá de utilizar tapabocas para la segunda imagen, hay que destacar que fallaron en el protocolo dispuesto por Conmebol. No es la primera vez: en la previa al duelo vs. Deportivo Independiente Medellín, los integrantes del Consejo estuvieron tomando mate en el estadio. Ahora, según había informado el organismo, los equipos que viajaran a otro país debían mantenerse en una burbuja. Con estas fotos es un hecho que la rompieron y encima, incluyeron a dos personas del exterior.
Dani Alves y su fanatismo por Boca
El primer acercamiento con la institución de la Ribera fue el 14 de noviembre de 2015. Aquella vez, la Selección de Brasil visitó el estadio, las instalaciones y el campo de juego. Allí, en el verde césped, filmó un video y lo subió a su Instagram. "Señoras y señores, presento a ustedes un templo del fútbol para los apasionados de esta profesión. Damos una vueltita por acá, en la Bombonera, uno de los más grandes templos del fútbol", expresó.
Por supuesto, no fue la única vez. En distintos momentos dejó en claro su cariño por la institución y hasta dijo que le gustaría terminar su carrera vistiendo la azul y oro. "La verdad no estaría mal, la gente sabe el cariño que siento por Boca, me despertó algo diferente", dijo durante un vivo hace poco tiempo. El jugador de 37 años, hoy en San Pablo, no está contento y busca salir del equipo brasileño. ¿Lo llamará Román?