El legendario exjugador alemán Lothar Matthaus entregó la camiseta que utilizó Diego Armando Maradona en la final del Mundial de México 1986. El hombre que disputó cinco copas del mundo con su seleccionado tuvo un enorme gesto y reconoció que lo hizo para el pueblo argentino con motivo del recuerdo de la gran amistad que tenía con "Pelusa". A poco más de 36 años de aquel hecho, el germano no se olvidó de su buena relación con el astro de Villa Fiorito.
El evento se desarrolló en la embajada argentina en Madrid y Matthaus le dio la casaca a Legends, una organización que se dedica justamente a recoger la mayor colección de de reliquias del fútbol mundial. La misma estará en la Puerta del Sol en Madrid, con una muestra de objetos expuestos de los cuatro mil que atesora Marcelo Ordás, impulsor de esta iniciativa. Acerca de esto, el exfutbolista y el entrenador aseguró que es el sitio ideal para algo tan icónico en el mundo del fútbol: "Esta reliquia tan importante va a tener un lugar perfecto en este museo".
Por otro lado, Lothar Matthaus agregó sobre Diego Maradona: "No ha sido sólo una leyenda muy grande del fútbol, creció una amistad entre nosotros. Era único, no cabe duda, en todo el mundo es reconocido Diego como leyenda y por eso me llena de orgullo estar aquí hoy. Ha sido una persona muy importante para mí. Es una pena que no esté aquí hoy, pero Diego va a estar siempre presente en nuestros corazones y ahora también en el museo"
Además, Matthaus reveló cómo fue el momento en el que tomaron la decisión de hacer el intercambio: "Como amigos siempre nos obligábamos a cambiar las camisetas, en esta final no había mucho tiempo, la cambiamos en el entretiempo y después hablamos. No se puede comprar todo con dinero. Por eso cuando Marcelo siguió insistiendo, decidí obsequiarle esta camiseta a él y al pueblo argentino, eso no se paga".
Las declaraciones de Marcelo Ordás tras recibir la camiseta
Marcelo Ordás contó cómo convenció a Matthaus de que le entregue la reliquia de Diego Armando Maradona: "Al principio fue frustrante, pero después emocionante. Fue la típica respuesta alemana 'Gracias, no estoy interesado, hablamos otro día'. Después nos encontramos en Berlín, y cuando nos dio el okey definitivo me pareció que era muy importante la posibilidad de compartirlo con todos, pero además me encontré con una persona que ama el fútbol como pocos".