En las últimas horas se produjo, en Indonesia, una espeluznante situación en la que murieron, al menos, 174 personas y otras 300 resultaron heridas durante los disturbios que se registraron en un estadio. Las fuerzas de seguridad respondieron en la invasión del campo de juego y se ocasionó una enorme estampida humana.
Después de la situación, uno de los protagonistas que vivió el lamentable hecho contó: “Murieron 4 hinchas en nuestro vestuario en los brazos de algunos de mis jugadores”. Se trata del entrenador del Arema FC, el chileno Javier Roca, quien reveló lo sucedido en una charla con Cadena SER.
El gobernador adjunto de la provincia, Emil Dardak, confirmó la actual cifra de muertos en una conferencia de prensa recogida por Kompas TV, citó la agencia de noticias Europa Press. Por otro lado, se reveló que la mayoría de los niños fallecidos tenían entre 12 y 17 años, según el portavoz del Ministerio de Empoderamiento de la Mujer y Protección Infantil, Nahar.
El inspector general jefe de la Policía de Java Oriental, Nico Afinta, señaló que las protestas estallaron tras la derrota del Arema FC contra su adversario, según recoge al medio local Suryamalang. Los aficionados del equipo perdedor saltaron al campo de juego con la intención de demandar explicaciones por el resultado.
Anfinta afirmó que los guardias de seguridad tomaron medidas preventivas y de distracción para que "el caos no escalara" lo que incluyó el uso de gases lacrimógenos.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, dio orden de suspender todos los partidos de la liga nacional hasta que no se aclare lo que ha descrito como una "verdadera tragedia humanitaria". "Esto no se puede repetir en el futuro", remarcó el mandatario durante una comparecencia ante la Nación y agregó: "Pido a las fuerzas de seguridad, y muy especialmente a la Jefatura de Policía, que investiguen inmediatamente lo que ha ocurrido".