Tragedia en el fútbol femenino: desidia y abandono, la historia detrás de las muertes en Argentino de Merlo

El fallecimiento de Juliana Gómez volvió a dejar expuesta la negligencia que rodea al fútbol femenino y la nula protección con la que cuentan para jugar. 

18 de octubre, 2022 | 22.09

La muerte de la futbolista Juliana Gómez el pasado 8 de octubre en un accidente automovilístico cuando regresaba de Rafaela tras jugar con Argentino de Merlo, puso al descubierto la negligencia y desidia de los clubes para con el fútbol femenino. Desde viajar en vehículos particulares de noche e ir a jugar sin dormir, hasta las nulas condiciones de igualdad en los salarios y en lo estrictamente deportivo. Un cocktail que terminó con la vida de una joven de 20 años que se pudo haber evitado. 

En el accidente que se llevó la vida de Gómez, además, había tres compañeras de equipo que sufrieron heridas pero, por un milagro, pueden contar la historia. La Primera C no es profesional, ni siquiera semiprofesional como lo es la Primera División, pero se les exige a las futbolistas que lleven una vida como profesionales. Tal es la desidia de los dirigentes del club de Merlo que, hasta el momento, nadie se hizo cargo lo sucedido e, incluso, en el primer posteo de redes sociales tras el fallecimiento de Juliana escribieron mal su nombre. Los propios conocidos del club.

Esta trágica historia sumó un nuevo capítulo horas después: un dirigente del club Argentino de Merlo, que se encontraba imputado por la muerte de Juliana a raíz del accidente de tránsito en la localidad bonaerense de Baradero por ser quien manejaba el vehículo, fue aparentemente atacado a golpes mientras estaba internado recuperándose del accidente. Días más tarde, murió en la Clínica Agüero del partido de Morón.

Ahora, fuentes policiales y judiciales investigan si el padre y otros familiares de la futbolista fallecida fueron los autores de la golpiza en un acto de venganza, pero sobre todo, si los golpes fueron los que causaron la muerte del dirigente de Argentino de Merlo.  

Juliana había desvelado a comienzos de julio en sus redes sociales cómo es jugar al fútbol en la Primera C de nuestro país. "Fuimos a jugar, perdimos, no nos dejaron entrar en calor en la cancha, nos echaron a dos y, cuando volvíamos, se nos reventaron tres ruedas. Estuvimos cuatro horas en el medio de la nada, esperando que nos vengan a buscar. Perdemos el día en el laburo", escribió en su cuenta de Twitter, luego de un regreso caótico en auto desde San Luis. 

En los largos viajes para disputar partidos en otras provincias, la mayoría de los planteles se trasladan en distintos automóviles que no cuentan con la seguridad adecuada, ya que los clubes no garantizan ómnibus para abaratar los costos. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la entidad de mejorar las condiciones laborales de las mujeres en el fútbol, envió condolencias para la familia de Juliana por redes sociales. También escribió mal su nombre, al igual que Agremiados y Argentino de Merlo.

La Coordinadora Sin fronteras de Fútbol Feminista, creada en su mayoría por jugadoras del ascenso, realizó una Asamblea este martes a la plaza del Congreso para manifestarse sobre la muerte de Juliana, denunciar las condiciones en las que trabajan y pedir seguridades básicas . En el comunicado oficial al que tuvo acceso El Destape, entre los puntos que pidieron para llevar a cabo su tarea de manera decente se destacan los sigientes ítems.: transporte en regla, salarios dignos, horarios fijos de trabajo, tener médicos a disposición, entrenadores capacitados con perspectiva de género, seguro médico para los partidos, no pagar cuota social, garantizar la cobertura total del apto físico que exige AFA a las jugadoras al momento del fichaje, un espacio para concentrar antes de jugar como local junto a una alimentación adecuada, al no ser profesionales, tener libertad para elegir en qué club jugar al terminar la temporada y no ser extorsionadas por el pase, entre otros puntos. 

 

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