El martes pasado se jugó la segunda semifinal de la Copa Libertadores Femenina entre Corinthians de Brasil y Nacional de Uruguay. El Timao goleó 8 a 0 pero el partido quedó manchado por un insulto racista sufrido por una futbolista brasileña. Se trata de la atacante Adriana, que fue tildada de "macaca" por una de sus rivales al convertir el sexto gol de su equipo. Esto generó la reacción de sus compañeras, como Vic Albuquerque, que salió en su defensa y terminó llorando siendo consolada por la jueza del partido. Pero quien tomó la posta del reclamo fue la experimentada mediocampista Grazielle, de 40 años, que luego de convertir el 8-0 lo festejó con los puños en alto como símbolo contra el racismo.
"Grazi" tiene una larga trayectoria como futbolista. Integró la selección de Brasil desde 1998 a 2012 y participó en tres mundiales y dos Juegos Olímpicos, en el de Atenas 2004 ganó la medalla de plata. Además ganó la de oro en los Juegos Panaramericanos de 2007 y obtuvo cuatros Copas Libertadores: dos con Santos y dos con su actual club Corinthians. El festejo de Grazielle recordó al ídolo del Timao Socrates que festejaba los goles de esa manera en homenaje al saludo de Poder Negro (Black Power) que realizaron los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos en el podio de los Juegos Olímpicos de México 1968 como señal de protesta de los derechos civiles negros en Estados Unidos.
Luego del partido todo el equipo posó en el campo de juego con los puños en alto y compartieron la foto en las redes sociales con el mensaje "Seremos resistência. #racismoNÃO". Adriana la jugadora afectada por el insulto habló del hecho luego del partido. "No escuché lo que dijo, pero todas las que lo escucharon se sintieron mal. Las chicas me lo dijeron y yo me sentí muy mal. Yo nunca pasé por eso. Trabajamos para que nunca suceda. Espero que sea consciente de lo que dijo y respete nuestro trabajo. Espero que no le pase a nadie porque es una sensación horrible", manifestó.
Valeria Colman, la capitana de Nacional, se disculpó en nombre de todo su equipo: “Si alguna jugadora de Corinthians se sintió discriminada, no era la intención de ninguna de mis compañeras”. Sin embargo el club paulista sacó un comunicado repudiando el hecho y prometió ir a fondo para que no quede impune. “La delegación femenina contará con todo el respaldo legal necesario para la necesaria investigación y el contundente castigo de este inaceptable acto”, anunció.
Corinthians, que ganó la máxima cita continental en 2017 y 2019, disputará el domingo la final de la Libertadores femenina con Santa Fe de Colombia en el estadio Parque Central de Montevideo.