Laura Romero, una goleadora voraz del ascenso: maternidad y lucha incansable

Laura Romero lleva 2 meses sin jugar debido a la ruptura del ligamento cruzado anterior y un esguince grado I de ligamento colateral interno de su pierna derecha y, sin embargo, todavía es la goleadora de San Luis FC en la temporada. Su historia está marcada por sus goles, el ascenso femenino y su lucha incansable. 

28 de octubre, 2023 | 00.05

Laura tiene 30 años e inició a jugar al fútbol a los cinco años, con compañeros varones en clubes de barrio de Buenos Aires, pero su recorrido en infantiles se cortó con el retiro de su categoría. En su adolescencia, a los 16 años, comenzó a acercarse al fútbol 11 y tuvo la posibilidad de probarse en River y en la Selección Argentina, pero la noticia de su primer embarazo -de tres- le impidió poder hacerlo. La maternidad la alejó de las canchas durante un largo tiempo, hasta que decidió regresar cuando tuvo la oportunidad de llegar a Deportivo Español.

El club de Parque Avellaneda tenía, en ese entonces, un proyecto al mando de Carlos Torres con intenciones de ascenso a la primera división argentina y de crecimiento futbolístico. En ese momento, Laura Romero pudo combinar la maternidad con los entrenamientos y no hizo falta mucho más para que se convirtiera en goleadora del ascenso histórico de Deportivo Español a la máxima categoría del fútbol argentino. Allí inició su carrera definitivamente y, como la de la mayoría de las jugadoras antes de que el fútbol femenino fuera profesional en Argentina, Laura comenzó a competir “de grande”.

Las jugadoras que consiguieron aquel ascenso en 2021, recuerdan a ese equipo con sus características que dieron que hablar en la primera A: todo lo conseguido fue a pulmón y a base del esfuerzo de ellas y el cuerpo técnico, porque desde la comisión directiva nunca hubo intenciones de sostener la disciplina, y mucho menos de apoyarla económicamente. Esto se vio reflejado en que, luego de la denuncia (ese mismo año) y posterior condena por abuso sexual al entrenador Carlos Torres, la disciplina perdió el apoyo por completo de parte del club y se desarmó. En aquella situación, Laura fue una de las jugadoras que pudo sostenerse futbolísticamente gracias a su llegada a Gimnasia y Esgrima La Plata en febrero de 2022.

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En el capítulo tripero de Laura, también hubo goles, crecimiento y dificultades que sortear. En su primer partido con la camiseta de Gimnasia y Esgrima La Plata, la delantera logró convertirle 2 goles a Estudiantes de Caseros, uno de zurda agarrándola de primera y otro de cabeza. Fue su primer partido y fue el primer partido del Lobo en la temporada 2022, abrió el marcador y quedó claro: “la trajeron para hacer goles”. Sin embargo, en el club de La Plata su historial de goles no se extendió mucho más: solamente convirtió otro gol ante su ex club Deportivo Español en la fecha 10 del Campeonato YPF 2022. Sobre su paso por Gimnasia, Laura recuerda: “Fue una experiencia muy linda, fui aprendiendo día a día y logré acoplarme muy rápido al equipo. Terminé dejando por problemas personales, un tema de salud. No me estaba sintiendo bien últimamente, era mucho sacrificio, desde el viaje hasta el entrenamiento. Dejaba a los chicos en la escuela y de ahí directamente iba a encontrarme con el cuerpo técnico para viajar y terminar volviendo casi 8 o 9 de la noche a mi casa. Fue una acumulación de estrés y tuve principio de ataques de pánico, por ese motivo decidí rescindir el contrato con Gimnasia.” De nuevo, su camino volvió a separarse del fútbol, con la dificultad de poder llevar adelante una convivencia entre el fútbol profesional y la maternidad como protagonista. Pero la historia no termina ahí.

La delantera nacida en Corrientes llegó a San Luis un tiempo después de su salida de Gimnasia y, aunque llevaba 5 meses sin entrenar, su debut fue auspicioso, como de costumbre: convirtió 5 goles ingresando desde el banco de suplentes, en el encuentro de la fecha 2 por la Zona A de la Primera B frente a Atlas. El partido finalizó en goleada 17-0 en favor de las puntanas, en su primer partido en la categoría en el estadio Juan Gilberto Funes. Desde entonces, Laura lleva un total de 16 goles en 14 partidos, precisamente en 938 minutos jugados. Su segundo partido estrella fue ante Claypole, donde también convirtió 5 tantos, en una goleada 13-0 en condición de local. Aunque su camino venía a paso firme y su objetivo de ser la goleadora del ascenso de San Luis crecía en cada partido, en agosto de este año, en plena competencia de la Fase Ascenso de la Primera B, Laura sufrió la lesión más dura para una futbolista. En un entrenamiento en el estadio, se rompió los ligamentos. Desde entonces sabe que su carrera en el fútbol depende de su fortaleza mental, y ahí va una vez más a ponerle el cuerpo.

Para este nuevo desafío profesional, Laura es optimista, ya que se encuentra a gusto con el acompañamiento del club. Sobre su decisión de jugar en San Luis FC, cuenta: “Fue un cambio rotundo para mis nenes, para mi, porque era venir a vivir acá a San Luis y la decisión me tomó un largo tiempo porque no sabía si arriesgarme a venir acá con mi familia o no, pero la verdad que fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado porque estoy viviendo una experiencia hermosa y junto a mi familia, que es lo más importante. Como siempre digo, podes estar bien físicamente pero si no estás bien mentalmente no sirve de nada y para mi mis hijos son todo, así que tenerlos acá conmigo y poder vivir la experiencia de vivir en otra provincia y poder vivir del fútbol que es lo que a mi me gusta es lo más lindo que hay, así que estoy agradecida".

 En el equipo puntano, el proyecto es el líder y el responsable del presente futbolístico; las jugadoras entrenan profesionalmente, cobran un sueldo para vivir del fútbol y, las futbolistas que llegaron de otras provincias, tienen la pensión Ave Fénix (del Centro Deportivo de Alto Rendimiento) y los departamentos de la Universidad de La Punta a disposición. En el caso de Laura, al ser la única madre del plantel, tiene una vivienda aparte gracias al club y además percibe su sueldo como jugadora. Como contó ella, puede vivir del fútbol, de lo que ama, lo que significa una excepción en la categoría, ya que las categorías Primera B y Primera C del fútbol femenino son completamente amateur. 

Poder atravesar este presente abrazada a su tres hijos Santino de 11 años (y jugador como la madre), Maite de 10 años y Bautista de 7 años, le permite a Laura, jugadora aguerrida, goleadora nata y luchadora incansable, soñar en grande con respecto a su futuro profesional: “Espero poder llegar a jugar afuera, como un objetivo personal”, expresa al igual que su deseo de jugar en la Selección Argentina “aunque sea un partido”. 

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